Como se veía venir, el cambio de gabinete dio lugar a varias adivinanzas y, una vez producido, a críticas, siendo la más socorrida la que echaba de menos el cambio político, o sea, Chadwick en Interior.
Se fundamentaba en que la dificultad de las reformas se debía a que faltaba muñeca política, o sea, articulación de redes, astucia, complementariedad en las habilidades con el presidente, etc, etc. Masticando un poco estos argumentos, llegué a la conclusión que no iban al fondo del asunto y que los analistas no reparaban en detalles importantes.
Partiendo por el hecho que las posiciones de la oposición están precondicionadas por consideraciones políticas, esto es, no perder y ojalá, ganar electorado, y en consecuencia no iban a aparecer cediendo ante el gobierno para que el espacio que creen tener se los ganaran los otros de la izquierda. Así por ejemplo, la estupidez del NO+AFP ha calado tan hondo en la epidermis de los políticos de la oposición que bastó una frase del presidente para que se espantaran ante la posibilidad que el 4% fuera a parar a las tan odiadas administradoras. Si sale algo, será gracias a la creatividad de algunos genios y no a la muñeca política de la cabeza de Interior, algo así como un ente estatal pero que no será un ente estatal sino que será o una AFP, o una institución clon de AFP, la que maneje los fondos, porque se requiere expertise y éste está o en una AFP, o en alguna sociedad que administre fondos la que lo haga. Tan importante es el punto que hasta es posible que no salga la reforma, ya que sería una irresponsabilidad botar los escasos recursos conque contamos, para darle el gusto a los vociferantes y condenar a los pensionados a la ruina. Y lo mismo con las otras reformas. No hay tal Superman político para que haga cambiar la rigidez y el obstruccionismo opositor.
El segundo factor es el humano. Nadie en puestos de alta responsabilidad, trabajará con una mano derecha con la que no se sienta a gusto y cómodo. Los que seguimos “Game of Thrones”, vimos clarito que la mano del rey o de la reina era alguien no solo capaz sino capaz de dar la vida por ellos. Y Chadwick es ese hombre, además impecable con su delgadez y serenidad y aguante para sostener el ritmo y los giros de Piñera y de la oposición.
Por el contrario, Andrés Zaldívar, por ejemplo, sufrió y no duró los embates de Bachelet. Igual cosa con Belisario Velasco.
Y, por último, está el hecho que quien está a cargo tiene todo el derecho de trabajar con quien él crea que lo pueda acompañar mejor. Por lo demás, no hay ni un solo cambio que uno pueda decir que no fue llenado por personas con las capacidades a la altura de las circunstancias.
Enrique Goldfarb