​Pesimismo y monopolio de nichos

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Alain Marchant

Si bien las cifras económicas reflejan crecimiento, no hay caras felices. Hay preocupación por cómo se viene el segundo semestre y, por ende, la cifra del Imacec de junio de 4,9%, no deja feliz a ninguno… y no es porque nos hayamos vuelto inconformistas. Las tasas de crecimiento para los meses que vienen no se consideran auspiciosas y analistas y gobierno apuestan más por crecimientos lentos que lo que se esperaba al iniciar el mandato. Las expectativas de consumidores y empresas también están bajas. Primero que nada hay que entender varios factores que están ocurriendo a nivel nacional. Por un lado, el incrementar desmesuradamente el gasto del gobierno no es gratis. Al igual que en una fiesta en casa, es fácil gastar, pero difícil es volver a ordenar, más aún si la fiesta se salió de control. La velocidad y la tasa de crecimiento no vuelve repentinamente como al subir un interruptor de la luz. Se pierde momentum y las expectativas influyen en lo que es el consumo presente. Adicionemos que mucho del empleo que se creó en años anteriores era empleo precario o independiente, casi de subsistencia. Mucho título de emprendedor, pero poco de emprendedor rentable con ganancias sostenidas y con razón. La competencia es dura y los sueldos son bajos y hay poco espacio para márgenes mayores. Empresas familiares que a veces les alcanza para salir con dificultad con un saldo cero cada mes en el balance y sin cotizar en las AFP. Sumemos a nuestro análisis el cómo han subido los costos de vida en Chile en relación a la subida de los sueldos y claramente, no es equiparable. Un ejemplo es la subida en 6 años en un 100% de los costos de viviendas en Santiago, tasa que ya se quisieran todos en sus sueldos en el mismo período. Por ende, el poder de compra del chileno común ha bajado considerablemente en la última década. Entonces, los crecimientos económicos en estos meses pasados, sin que se vea reflejado en el bolsillo de la gente común, no causarán efecto en las expectativas. Por último, muchos temas de la agenda nacional y del Congreso han sido tomados por lo que denomino el “gobernar para la satisfacción de nichos”. Desde eutanasia, aborto libre y otros grupos que presionan y obtienen cabida en los medios, genera que se gobierne bajo un enfoque de sacar las leyes para satisfacer los deseos de estos grupos, pero se pierde de vista lo prioritario y lo que genera un efecto poco mediático pero más expansivo en beneficios se posterga. Nos estamos transformando en un país como Estados Unidos donde un solo empleo no alcanza para vivir y por ello también la incursión tan exitosa de Uber y Cabify de rentabilizar un activo familiar que es el automóvil. Si bien alabo que se pueda discutir de legislar en temas de eutanasia o aborto libre, mi pragmatismo en la actualidad me lleva a pensar en “el mayor bien para el mayor número de personas” como finalidad legislativa y programática. Baja en el impuesto a las pymes o incluso a las micro pymes. Codificar más enfermedades en Fonasa o bien incorporar los medicamentos en lo que cubren las Isapres a sus afiliados. Modificaciones finalmente que lleven a una transferencia más directa del beneficio al ciudadano común en el corto plazo y a su billetera. Sin eso, no habrá cambio en las expectativas.


Alain Marchant

Ingeniero Comercial PUC

Presidente ejecutivo Seven Seas

​Entre cifras y pelotas
​Entre el frio y la espera de datos
​En el buen camino
​Paso a paso

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