Tal como en cualquier sistema conformado por distintos componentes que interactúan entre sí, la cadena de innovación consta de una serie de etapas que comienzan con la investigación y el desarrollo, hasta llegar al producto final.
Hace pocos días recibimos una muy buena noticia gracias al amplio consenso que tuvo el proyecto de ley de transferencia de tecnología y conocimiento, que fue aprobado en general por la Comisión Futuro, Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Cámara de Diputados en su primer trámite. A grandes rasgos, la propuesta promueve la investigación y la creación de empresas de Base Científica Tecnológica (EBCT) en las Instituciones de Educación Superior (IES) y plantea establecer un Repositorio Nacional de Conocimiento e Información Científica y Tecnológica.
Con la Propiedad Intelectual es posible reconocer a los autores o a las autoras de esas creaciones y por lo tanto, facilitar la colaboración identificando a quiénes y cómo participan.
El cambio climático es un desafío mundial que nos afecta a todos en distintos niveles y que, en particular en Chile, causa efectos aún mayores. Debido a nuestras condiciones geográficas, el país es más vulnerable a peligros como el aumento de las temperaturas, escasez de precipitaciones, sequías, olas de calor, retroceso de glaciares y erosión de las costas.
Vivimos en un mundo donde los datos y la información cobran cada vez mayor relevancia, pero al mismo tiempo, sus características de constante transformación los convierten en algo líquido y volátil ¿Cómo podemos identificar a los creadores de cada nuevo desarrollo en medio de este flujo constante?