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Rodrigo Barcia |
Para responder estas preguntas analicemos la caída de Sichel del segundo lugar en las encuestas al cuarto. Se puede pensar que ello es un efecto de errores de campaña; pero dejando fuera los errores comunicacionales o más formales, si se quiere, centrémonos en la posición del candidato frente a un tema fundamental: la anomia o la pérdida del orden público.
Estamos en un escenario político muy delicado. Las señales son demasiadas para ser ignoradas. No se trata sólo que la Convención Constitucional está en manos de la extrema izquierda, a ello se suma un gobierno al que, durante todo el período presidencial, se le negó el poder sacar adelante la más mínima modificación legislativa, la deuda pública y el gasto público desatados, un populismo extremo en el Congreso -que está destruyendo la económica y todo el sistema previsional-, la pérdida del orden público en todo el país (con delincuencia validad y promovida por medios de comunicación y partidos políticos de extrema izquierda), y un largo etcétera. Los economistas señalan que lo relevante en cualquier análisis más que los datos específicos es la tendencia y ella no es buena. La tendencia mundial tampoco se ve muy positiva, por tanto, hay que armar rápidamente un centro político fuerte.
En estos días se discute si el constituyente Rodrigo Rojas Vera debería ser destituido o de si debe renunciar y dicha renuncia debe ser aceptada. El motivo de su eventual destitución o renuncia estaría dado a que mintió respecto de estar enfermo de cáncer.
Ciertamente las primarias fueron sorprendentes, pero dado que se trato de un “voto experto”, es decir, de votantes más comprometidos, la elección fue más objetiva o racional. Lo sorprendente, en todo caso, es que la votación de la extrema izquierda, -porque ni el FA, ni el PC, son partidos de centro-, fue altísima.
La regla de los 2/3 establecerá un modelo social, económico y cultural que será, como la Constitución de 1980, prácticamente inmodificable, y las elecciones mayoritarias serán impotentes para genera un cambio de rumbo.
Las AFP y los derechos de aprovechamiento de agua.
¿Por qué el principio de subsidiariedad es tan relevante respecto a la provisión de derechos sociales, y el principio de la intervención máxima del Estado, (denominado parcialmente como solidaridad), es tan negativo?
La intención de voto del plebiscito no nos trajo demasiadas sorpresas. Pero, sin duda, la cifra con la que ganó la alternativa apruebo fue una sorpresa. Es verdad que para lo relevante de la decisión, la votación fue baja (ello aunque sectores de izquierda la presenten como la más alta votación con voto voluntario).
¿Por qué la reforma del sistema de pensiones en tramitación en el Congreso (que establece una cotización contributiva) generará más pobreza y decepción que el sistema que tenemos en la actualidad?
Si el hombre de la Ilustración era un hijo de la razón, nosotros somos hijos de los derechos fundamentales. El hombre posmoderno no es racional. En cierto grado el hombre posmoderno es como los conservadores católicos, -a quienes por cierto desprecia-, ya que ambos se guían por valores “absolutos”.