Juan David Quijano



Juan David Quijano

El concepto de Sostenibilidad o Sustentabilidad adquiere día a día mayor relevancia a nivel nacional e internacional y cada vez son más las personas, gobiernos o grupos de interés que consideran este aspecto como algo relevante al momento de tomar decisiones de inversión. 

El concepto de herencia se aplica en varios aspectos y en diferentes contextos de nuestras vidas, por ejemplo, en ocasiones nos referimos a la herencia cultural de un país o etnia, o a la herencia genética que se traspasa de los padres a los hijos y que define ciertas características físicas o sicológicas, también hablamos de una herencia económica o nos referimos a la herencia de valores y principios que predominan en una familia o grupo social, entre otros.

El 25 de octubre se aprobó por amplia mayoría la idea de redactar una nueva Constitución Política para Chile, por medio de una Convención Constitucional.

Luego agrega que por sus frutos los conoceremos, ya que no se recogen uvas de los espinos ni higos de los abrojos, porque el árbol malo no puede dar buenos frutos, ni el árbol bueno puede dar malos frutos, y vuelve a recalcar “por sus frutos los conoceréis”.

Hace un tiempo escuché a un pastor contar la historia de un hombre que compró un terreno que había sido usado como vertedero de basura, el cual comenzó a rellenar con capas de tierra, las que fueron compactadas con maquinaria especializada, hasta que el basurero desapareció y dio origen a un gran terreno bien nivelado.

Desde hace varios meses, casi todos los medios de comunicación y las redes sociales han dado una gran cobertura respecto de los efectos del coronavirus, tanto sobre la salud de las personas, como de las consecuencias desastrosas que esto está teniendo sobre la economía, la inversión y el desempleo, con estadísticas aterradoras del número creciente de contagiados y fallecidos y de la baja en la inversión y la actividad económica en general. 

Todos hemos sido testigos de algunos de los efectos devastadores que está teniendo el Covid-19, comenzando por los cientos de miles de personas que han perdido sus vidas por causa de esta enfermedad, seguido de los millones de contagiados a nivel mundial y del colapso de los servicios médicos en muchos países, además del desplome económico de algunas economías, de la caída en los precios de las materias primas, de la interrupción de las cadenas de producción, de la disminución en la demanda de muchos bienes y servicios, de la fuga de capitales y disminución de la inversión, etc.

Con motivo del coronavirus el gobierno ha implementado una serie de medidas para combatir sus efectos sobre la salud de las personas y la economía, y también para evitar su propagación, medidas tales como el establecimiento de un estado de excepción nacional, fijación de toque de queda en todo el país, cuarentena total para varias comunas, cierre de fronteras, controles sanitarios, suspensión de clases, entre otras, las que esperamos, tengan excelentes resultados y logren erradicar esta plaga de nuestra nación. 

En la historia de la humanidad siempre han existido distintas formas de pensar y distintos puntos de vista frente a una misma situación; apreciaciones que son influidas por las experiencias, los valores, intereses personales, temores, deseos, etc.

Durante las últimas semanas, hemos sido testigos de un estallido social que nos ha dejado asombrados, quizás más que por el tipo de demandas que las impulsan, es por el nivel de violencia que se ha desatado junto con ellas.