Gonzalo Jiménez Seminario



Gonzalo Jiménez Seminario

Ese capital afectivo, es el que hace que juntos puedan enfrentar las dificultades y que, aunque el negocio cambie, la familia seguirá como eje articulador desde dónde construir.A diferencia de la física, esta fuerza gravitacional familiar empresarial sí entendemos de que está conformada y por qué ocurre: valores, sueños, cariño y el deseo de legado como clan familiar son los elementos guías de toda sucesión estratégica.Gonzalo Jiménez SeminarioCEO Proteus Management & GovernanceProfesor de ingeniería UC

La confianza no es un sustantivo, a lo menos no en la práctica. La confianza se construye pasito a pasito y con otros. Aunque suene romántico hablar de confianzas absolutas, tirarse al vacío es muy poco práctico. Más real y especialmente esperanzador, porque se trata de un camino progresivo y compartido, es pensar en pérdidas aceptables y acuerdos que construyen los eslabones del puente de la confianza.

¿Podemos confiar en el proceso de deliberación y acción colectiva de la Convención Constituyente? Esta es una pregunta que incesantemente se esconde y se asoma en muchos de nuestros pensamientos actuales, sacándonos del presente inmediato. Eso ocurre, cuando algunos intentan sofocar la desesperante ansiedad de no contar con respuestas definitivas con la certeza de la ideología, siendo fácilmente poseídos por el temor más abyecto o alternativamente, abrazando un optimismo voluntarista.

Las empresas familiares están en el centro de nuestra sociedad. Según varios estudios, representan casi el 80% a nivel nacional. Esta envergadura también nos habla de su responsabilidad. Precisamente porque son agentes sociales imprescindibles, su rol debe ser épico. Pero no es necesaria una guerra troyana ni la cólera de Aquiles para despertar a nuestros héroes y heroínas, es precisamente el cotidiano que vivimos el que nos convoca a sacar nuestros mejores aportes con coraje y valentía.

El futuro de Chile está en juego y se juega en las conversaciones del presente. El ámbito de la empresa no existe en un espacio aparte del universo político-social, ambos mundos están, más para bien que para mal, profundamente entrelazados.

Innovación y creatividad forman una dupla salvadora. Un recordatorio fue el reciente Día Mundial de la Creatividad y la Innovación creado por Naciones Unidas para promover el pensamiento creativo multidisciplinario que nos pueda ayudar a conseguir el futuro sostenible que queremos y tanto necesitamos. 

Más que “ser” por esencia, nos vamos construyendo y a medida que logramos o aprendemos algo, casi de inmediato (si es que no nos dormimos) aparece otro desafío. Esto más que una amenaza, es la constatación de la vida como un fluir de aprendizajes.

Hay días internacionales de muchos temas, pero el día de la felicidad merece una reflexión especial. No solo porque es relativamente reciente, solo el 2013 lo instauró Naciones Unidas para ser celebrado todos los 20 de marzo, sino porque reconoce el importante papel que desempeña la misma en nuestras vidas. Bután fue clave en lograr visibilizar esta mirada, desde principios de la década de 1970 este país reconoce el valor de la felicidad nacional por sobre el de los ingresos nacionales.

“Vacaciones en alerta”, esta parece ser una forma adecuada de describir este febrero. Los días cálidos y la posibilidad de algunos de alejarse de las rutinas de la ciudad, no alcanzan para la desconexión total. Es que hay demasiadas luces tintineando.

Nos merecemos lo mejor. Todos y todas. Por eso la invitación de habitar la incertidumbre, hecha por el Congreso del Futuro realizado la semana pasada, fue más que pertinente.