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Alfredo Barriga |
Stanford, por ejemplo, tiene un curso de Machine Learning que dura 6 semanas, y cuesta 80 dólares con certificado incluido. Ese es el capital humano que necesita Volvo, y cuanto antes.
Estas plataformas están cumpliendo un rol en el mercado laboral. Si las obligan a contratar a sus colaboradores, se acaba el negocio y toda esa gente se queda sin su medio de subsistencia. Si eso sucede, sus alternativas serán ser contratados en condiciones mucho peores que las que tienen (eso sí, muy legales, pero con sueldo mínimo) o volver a vender en la calle (muy ilegal).
Cambiar el modelo de financiamiento y subsidio a la innovación hacia un sistema fuertemente orientado a resultados. Así, si la idea innovadora se lleva un subsidio de X para investigación y desarrollo, recibe 2X si es patentable y 10X si llega a tener patente.
Los CDO serán por ello los candidatos más cercanos a CEO en el futuro, así como en el pasado lo fueron los gerentes de producción, o de finanzas, o de ventas.
No está claro si fue o no fue un país extranjero el que hizo el reciente ataque a bancos en Chile. Lo que si esta claro es que pueden hacerlo. Por lo tanto, es un tema para tratar de forma urgente, profunda y contundente.
Es de esperar que, entre el impulso del Gobierno, el caso de éxito de Cornershop, la inversión de Google y la llegada de Amazon se genere por fin la esperada revolución digital del sector privado, que no consiste en comprar tecnología, sino en cambiar los modelos de negocio usando tecnología.
Para mantener las bases imponibles y con ellas, la recaudación, los Gobiernos deberán ayudar a que rápidamente una gran parte de la población que antes no tenía acceso a bienes y servicios, los tenga en su formato digital. Y no está para nada claro si lo uno compensará a lo otro.
Si Falabella quiere hacer una transformación digital, comprar una empresa “punto com” es un camino adecuado solo si adopta su cultura corporativa. Es decir, si se “falabelliza” a Linio en vez de “linificar” a Falabella, no va a funcionar.
Para regular la economía colaborativa, la legislación y la tributación deberían antes comprenderla bien, para evitar el error de aplicar políticas del siglo 20 a una realidad del siglo 21. Algo que, lamentablemente, no se está haciendo.
Si, en cambio, conseguimos que esas empresas vengan a Chile, tendremos una recaudación mucho más alta, y se generará una economía del conocimiento alrededor de esas empresas que permitirá a Chile ingresar en la economía digital con pie firme.