Alfredo Barriga



Alfredo Barriga

Los CDO serán por ello los candidatos más cercanos a CEO en el futuro, así como en el pasado lo fueron los gerentes de producción, o de finanzas, o de ventas.

No está claro si fue o no fue un país extranjero el que hizo el reciente ataque a bancos en Chile. Lo que si esta claro es que pueden hacerlo. Por lo tanto, es un tema para tratar de forma urgente, profunda y contundente.

Es de esperar que, entre el impulso del Gobierno, el caso de éxito de Cornershop, la inversión de Google y la llegada de Amazon se genere por fin la esperada revolución digital del sector privado, que no consiste en comprar tecnología, sino en cambiar los modelos de negocio usando tecnología.

Para mantener las bases imponibles y con ellas, la recaudación, los Gobiernos deberán ayudar a que rápidamente una gran parte de la población que antes no tenía acceso a bienes y servicios, los tenga en su formato digital. Y no está para nada claro si lo uno compensará a lo otro.

Si Falabella quiere hacer una transformación digital, comprar una empresa “punto com” es un camino adecuado solo si adopta su cultura corporativa. Es decir, si se “falabelliza” a Linio en vez de “linificar” a Falabella, no va a funcionar.

Para regular la economía colaborativa, la legislación y la tributación deberían antes comprenderla bien, para evitar el error de aplicar políticas del siglo 20 a una realidad del siglo 21. Algo que, lamentablemente, no se está haciendo.

Si, en cambio, conseguimos que esas empresas vengan a Chile, tendremos una recaudación mucho más alta, y se generará una economía del conocimiento alrededor de esas empresas que permitirá a Chile ingresar en la economía digital con pie firme.

Hay más que ganar por parte de Chile y de su fisco de salir a vender a un mercado de 3.000 millones de consumidores del que hay de pretender cobrar impuestos adicionales por el consumo y las utilidades en un mercado de 17 millones de consumidores.

Con todo, es el discurso más digital que le he escuchado a ningún presidente en su cuenta pública. Y a diferencia de todas las veces anteriores, esta vez la prensa sí recogió las propuestas en estas materias, en especial la Agenda del Futuro. Es alentador, pero aún falta mucho trabajo por hacer, y queda poco tiempo para hacerlo.

Más que dejarlo al arbitrio de cada colegio, nuestro Ministerio de Educación debería aprovecharse de esta coyuntura para impulsar decididamente el uso de celulares en el aula como herramienta de aprendizaje acorde con el mundo donde les tocará desenvolverse a nuestros jóvenes.