​GPM recomienda bajar la TPM a 4,5% y apunta a aliviar cambiario e impulso del cobre

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En su reunión de diciembre, el Grupo de Política Monetaria recomendó reducir la Tasa de Política Monetaria en 25 puntos base. Carlos Budnevich, vocero del grupo, destacó que el repunte en el precio del cobre, la apreciación del peso y la baja en las tasas internacionales abren espacio para este ajuste sin comprometer la convergencia inflacionaria. Cada integrante del GPM entregó su visión sobre los principales factores en juego para 2026.


En su último comunicado del año, emitido el lunes 15 de diciembre, el Grupo de Política Monetaria (GPM) —integrado por Eugenia Andreasen, Carlos Budnevich, Juan Pablo Medina y Andrea Tokman— recomendó un recorte de 25 puntos base en la Tasa de Política Monetaria (TPM), llevándola a 4,5%. La decisión se enmarca en un contexto externo más favorable para Chile, con señales de un “aterrizaje suave” de la economía global, baja en los precios del petróleo y un repunte histórico del cobre.


“Las condiciones financieras internacionales se han tornado más favorables, lo que, junto a la apreciación del tipo de cambio y expectativas de inflación ancladas, permiten este ajuste sin poner en riesgo la trayectoria de convergencia hacia la meta de inflación del 3%”, señaló Carlos Budnevich, economista y vocero del GPM.


Entre los principales factores que justifican esta decisión, el GPM destaca la reciente baja de tasas por parte de la Reserva Federal de EE.UU., la caída de los bonos del Tesoro a 10 años, y un entorno internacional menos restrictivo. En la Bolsa de Metales de Londres, el cobre alcanzó niveles inéditos de US$ 5,4 la libra, impulsado por una mayor demanda china y expectativas de estímulo, lo que ha fortalecido los términos de intercambio de Chile.


“A esto se suma la apreciación significativa del peso, que ha pasado de $980 a cerca de $900 desde junio, lo cual contribuye a moderar la inflación importada y mejora el balance externo”, explicó Budnevich.


En el plano interno, el GPM observa una dualidad en el desempeño económico: mientras el sector minero sigue rezagado, el comercio, los servicios y la industria muestran señales de expansión. El Imacec de octubre creció 2,2% anual, y se espera que el PIB cierre el año con un crecimiento de 2,4%. Según Budnevich, “la proyección de la OCDE de un crecimiento sostenido de la inversión, en torno al 5,1%, es clave para consolidar una recuperación más persistente”.


Sin embargo, el mercado laboral sigue siendo un punto de alerta. Aunque la tasa de desempleo bajó de 8,6% a 8,4% en un año, el ritmo de creación de empleo no es suficiente para cerrar las brechas. A esto se suma la fragilidad del crédito comercial, que sigue contrayéndose en términos reales, pese a una leve recuperación en el financiamiento de consumo y vivienda.


Respecto a la inflación, si bien los registros recientes muestran una moderación en los precios de bienes, los servicios siguen exhibiendo una inflación resistente, con una variación anual de 4,5%. “La inflación subyacente continúa por sobre la meta, especialmente en su componente inercial de servicios, por lo que se requiere seguir monitoreándola de cerca”, advirtió Budnevich.


Desde una mirada estructural, Andrea Tokman advirtió sobre el momento actual de cautela: “Estamos muy cerca de la tasa neutral, por lo tanto, este es el momento para hacer un recorte más, pero también para mantenernos atentos a cómo se desarrolle el escenario. Es una postura de ‘wait and see’”.


En cuanto a la capacidad de la política monetaria para seguir bajando, Juan Pablo Medina indicó que “si efectivamente el nuevo gobierno aplica un ajuste fiscal importante, podrían surgir presiones deflacionarias que permitan una TPM por debajo de su nivel neutral en el futuro cercano. Pero todo dependerá del equilibrio entre crecimiento e impulso fiscal”.


Por su parte, Eugenia Andreasen llamó a no sobrerreaccionar ante el optimismo inicial del mercado tras el resultado presidencial: “Muchas veces estas situaciones generan reacciones optimistas al principio, pero hay que ver cómo se implementan las medidas, qué tan rápidas son y si cuentan con el respaldo necesario. Esa combinación va a ser clave para cómo lea el mercado al nuevo gobierno”.


Finalmente, el comunicado señala que el balance de riesgos ha mejorado desde la última reunión, y que un tipo de cambio más favorable, junto a menores costos de energía, puede acelerar la convergencia inflacionaria en 2026. No obstante, el GPM advierte que las decisiones futuras deben considerar con cuidado la evolución de la inflación, la actividad y el entorno político y fiscal.


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