MADRID 25 Nov. (EUROPA PRESS) - Portugal rememora este martes los 50 años del fallido intento de golpe de Estado de 1975 por parte de un sector izquierdista de las Fuerzas Armadas, en un contexto en el que gracias a su peso parlamentario la ultraderecha viene reivindicando en los últimos años esta fecha como alternativa al 25 de abril de 1974.
En una agitada sesión en el Parlamento, la oposición ha afeado al Gobierno conservador de apropiarse de lo ocurrido aquel 25 de noviembre de 1975, cuando algunas unidades del Ejército, especialmente el grupo de paracaidistas, intentaron una asonada tras servir como detonante el cese del comandante Otelo Saraiva de Carvalho, uno los artífices de la Revolución de los Claveles un año antes.
Un intento de golpe apenas unos meses después de las primeras elecciones democráticas en las que se impusieron los socialistas y en un contexto de lucha en el seno de las Fuerzas Armadas. Para algunos historiadores, aquello más que una asonada militar fue un intento de encabezar un gran movimiento que fuera seguido en las calles por la sociedad civil portuguesa, lo cual no ocurrió.
"No fue, como algunos ahora quieren hacer creer, una victoria de la derecha sobre la izquierda, ni mucho menos", ha afirmado este martes el diputado socialista Marcos Perestrell durante su turno de palabra en la Asamblea Nacional, desde donde ha acusado al Gobierno de "manipular" el pasado.
Perestrell ha explicado que el 25 de noviembre "representó una victoria de la democracia y la libertad" sobre los proyectos que pusieron a Portugal "al borde de la guerra civil" y "sobre las fuerzas no democráticas de la izquierda y de la derecha".
El Gobierno, ha reprochado, "pretende apropiarse del 25 de noviembre, instrumentalizándolo", en "otro acto de subordinación a la ultraderecha nostálgica, que en realidad busca un pretexto para negar el 25 de abril".
Una ultraderecha, que a través de su líder, André Ventura, ha subido a la tribuna del Parlamento para retirar los claveles rojos que la izquierda ha colocado para recordar el 25 de noviembre. "Impedimos que la extrema izquierda hiciera lo que mejor sabe hacer en el mundo: matar, silenciar y derrocar", ha dicho.
A pesar de las críticas de los socialistas, los representantes del Gobierno de coalición del primer ministro Luís Montenegro que se han dirigido ante el Parlamento lo han hecho para destacar que ambas fechas son complementarias y por tanto han "de celebrarse", aunque con reproches hacia las fuerzas de la izquierda que intentaron entonces hacerse con el poder.
"Los demócratas ganaron y, en nombre de la reconciliación nacional, los derrotados fueron indultados y reintegrados socialmente. Enseñan en universidades, son parlamentarios y salen en televisión a dar lecciones de democracia", ha dicho el diputado del conservador Partidos Social Demócrata (PSD), Pedro Alves.
"Si el 25 de abril nos liberó del fascismo, fue el 25 de noviembre el que nos permitió la transición plena a un régimen democrático. Celebremos, pues, la democracia", ha señalado.
En un mensaje en su redes sociales, Montenegro ha defendido recordar el 25 de noviembre "con la relevancia que merece", además de hacerlo para "garantizar la democracia en el futuro".
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha sido el encargado de cerrar una sesión de la que se han ausentado los diputados del Partido Comunista y durante la cual ha destacado la "templanza" de los portugueses y la figura del Ramalho Eanes, presidente de Portugal que lideró el contragolpe.