De acuerdo a un catastro realizado por la consultora Colliers, el Centro vive un verdadero éxodo de restaurantes antiguamente conocidos como clásicos, debido a cambios de hábitos, traslado de un alto número de empresas a comunas del sector oriente y la creciente inseguridad y descuido que se vive en el sector.
"Un total de 13 restaurantes han cerrado sus puertas en el centro de la capital", señala José Agustín Segura, Subgerente del Área de Inteligencia de Negocios de Colliers. De acuerdo al catastro, los restaurantes que han cerrado sus puertas en el centro son Les Assassins - Squadrito - Bar Berri - Ópera Catedral - Café Roma - Bar Loreto- Bar Nacional. Bar Las Tejas. Venezia. El Hoyo. La Piojera. Antigua Fuente, y La Fábrica de Completos, esta última se reconvirtió y actualmente usa un foodtruck en La Florida.
De acuerdo a Reinaldo Gleisner, Vicepresidente de Colliers, la principal razón de este fenómeno es el cambio en las preferencias del público. "Es demasiado evidente decir que los locales no pueden sobrevivir sin la clientela que los prefiera. Ha cambiado la preferencia de las personas en los últimos 40 o 50 años: apareció el modelo de fast food. Eso explica en todos los sectores, los patios de comida que ofrecen una gran variedad de opciones, con la promesa de la entrega rápida, y ofertas ajustadas a las preferencias de las personas y a precios compatibles con los ingresos".
"Por ejemplo, el Paseo Ahumada pasó de ser un lugar de grandes y tradicionales tiendas, con atractivo para personas y turistas, a un patio de comida abierto con muchas opciones de comida al paso. Lo cierto es que los clientes frecuentes de los restaurantes más formales, emigraron de las clásicas ocho manzanas del centro de Santiago, como se conocía el sector hace 30 años”.
Gleisner explica que "El cliente clásico, trabaja o es cliente de oficinas, ahora ubicadas en El Golf, Nueva Las Condes o Nueva Costanera. Al trasladarse también los estudios jurídicos, que se estimaba muy difícil porque se alejaban de la Corte Suprema, se completa el cuadro de abandono del centro tradicional”.
El experto afirma que también ha influido el tema del deterioro y la inseguridad de la zona. "Nadie va al centro si puede evitarlo. Con ello, la tradicional pujante actividad empresarial se ha trasladado, ahuyentando incluso a los turistas. El éxodo de las oficinas, se llevó un fiel público para los restaurantes. La inseguridad también ha espantado a los turistas".
Respecto a si esta tendencia seguirá tomando fuerza en el futuro, Reinaldo Gleisner afirma que todo dependerá de las medidas que se tomen. "De continuar la inseguridad, el comercio ambulante y el descuido general del centro, las perspectivas no son positivas. Las empresas que decidieron emigrar del centro y trasladar sus oficinas a comunas con mayor seguridad, ya no regresarán. Junto con mejorar la seguridad para volver a atraer al público, los restaurantes también deberán reinventarse.