El Grupo de Política Monetaria recomendó mantener la TPM (tasa de política monetaria) en 4,75% durante septiembre, enfatizando la necesidad de cautela en una fase final del ciclo de normalización. Su vocera, Eugenia Andreasen, señaló que el escenario macroeconómico sigue siendo incierto tanto a nivel externo como interno.
En su comunicado del lunes 8 de septiembre, el Grupo de Política Monetaria (GPM) —integrado por Eugenia Andreasen, Carlos Budnevich, Kevin Cowan, Juan Pablo Medina y Andrea Tokman— recomendó mantener la Tasa de Política Monetaria en 4,75%, argumentando que el escenario actual requiere prudencia ante riesgos aún presentes. “Estamos en un tramo final del ciclo de convergencia hacia la tasa neutral, lo que implica privilegiar la cautela”, explicó la vocera del grupo, Eugenia Andreasen, economista y académica de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile.
El informe del GPM destaca que, si bien la economía chilena ha mostrado un repunte moderado, la inflación subyacente sigue siendo más persistente de lo previsto y el mercado laboral permanece débil. “A pesar del crecimiento del PIB y el repunte del consumo privado, la creación de empleo sigue siendo baja y los salarios reales han retrocedido, lo que plantea riesgos para la sostenibilidad del crecimiento”, añadió Andreasen.
A nivel internacional, el documento identifica un entorno volátil marcado por la implementación de nuevas políticas arancelarias en Estados Unidos y tensiones políticas entre la Casa Blanca y la Reserva Federal. “Las presiones políticas sobre la Fed generan incertidumbre sobre su autonomía futura y eso ha contribuido a una alta volatilidad en los mercados financieros”, advirtió la vocera del GPM. No obstante, el grupo destaca que la última edición del World Economic Outlook (julio) revisó al alza las proyecciones globales, lo que sugiere cierta resiliencia de las economías frente a las tensiones arancelarias y geopolíticas.
En el plano local, el tipo de cambio se mantiene elevado y la inflación, si bien se moderó en agosto, se ubica en torno al 4%. El componente más dinámico continúa siendo el de servicios, impulsado por costos laborales que aún no ceden con claridad. “El corto plazo presenta un escenario desafiante. Si bien las expectativas de inflación a dos años están ancladas en 3%, la convergencia efectiva hacia esa meta podría concretarse recién en los primeros meses de 2026”, señaló Andreasen.
En suma, el GPM plantea que el entorno económico combina señales de resiliencia con riesgos relevantes tanto en el frente externo como interno. En este contexto, recomienda mantener la tasa de interés, subrayando que “el margen de maniobra es acotado y debemos actuar con una visión de mediano plazo, evaluando con atención la evolución del mercado laboral y la inflación subyacente”, concluyó Eugenia Andreasen.