Que la reforma tributaria estimule la construcción

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Es indudable que el 2024 comienza evidenciando los problemas de nuestra economía, con el decrecimiento del año pasado, el alto IPC de febrero y la paupérrima actividad del rubro de la construcción registrado en el mismo mes, señalando que solo 12 proyectos comenzaron en ese periodo.


Es importante entender que la construcción es un sector muy potente de la economía de nuestro país, porque capta mucha mano de obra directa como indirecta, demanda servicios relacionados y mueve el mercado de capitales ya sea en la oferta de instrumentos financieros como letras hipotecarias que pueden ser atractiva para inversionistas, así también a través de los créditos que inyectan recursos al sector.


De acuerdo con declaraciones de empresarios de la construcción, la debilidad económica y problemas financieros son dos factores que han impactado en la partida de nuevos proyectos. Por otro lado, las restricciones para conceder financiamiento tanto para las empresas como para los compradores, las altas tasas de interés y la permisiología son elementos que afectan directamente a la construcción.


Esta situación debe ser abordada por la autoridad económica, debiendo apoyarla directamente a través de dar mayor celeridad a las 680 futuras licitaciones ya anunciadas, lo que inyectaría al sector 2.300 millones de dólares, como también aprovechando de utilizar el sistema tributario como una herramienta que establezca los estímulos necesarios para estos efectos.


Paradójicamente, desde el año 2020 han estado en vigencias normas legales que han afectado tributariamente a la construcción, aplicando IVA a la venta de inmuebles, restringiendo los beneficios del DFL 2 de 1959 y la eliminación progresiva del Crédito Especial para Empresas Constructoras que, en definitiva, representa una rebajar en el costo de las viviendas.


Lamentablemente, lo que ha trascendido de la reforma tributaria que supuestamente será ingresada al Congreso a fines de mes, no contempla medidas en este sentido, sino que se mencionan medidas que otorgarán créditos contra el Impuesto a la Renta de Primera Categoría que se lograrán a través de un “mecanismo competitivo donde proyectos de inversión podrán postular” a estos créditos, es decir, los inversionistas eventualmente podrán gozar de estas medidas “procrecimiento” si logran ganar un concurso que será regulado por un “panel de expertos”.


Sin duda que la coyuntura económica que estamos viviendo demanda medidas potentes para lograr volver o acercarnos a los niveles de crecimientos que teníamos antes de 2009, situación que no se vislumbra con los anuncios emanados de la autoridad, pese a que hemos llevado un año en diálogos que supuestamente han derivado en un pacto cuya efectividad no está garantizada.


Prof. Germán R. Pinto Perry

Director Programa de Especialización Tributaria

Centro de Investigación y Estudios Tributarios NRC

Universidad de Santiago

europapress