Un deterioro lamentable

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Luis Riveros

En su mensaje de saludo con motivo de la celebración de los 180 años de la Universidad de Chile, el presidente Boric hizo un llamado a los estudiantes a reconstituir la Federación de Estudiantes. En efecto, desde hace algunos años la FECH no existe como institución que alberga a todos los estudiantes de la Universidad de Chile, tal y como fuera conformada a inicios del siglo XX. Una lamentable pérdida que culminó con la disolución de la organización, dado que no se alcanzaron los mínimos quorum requeridos para elegir la directiva. El compromiso del último presidente, designado en vista de sucesivos intentos de elegir una directiva con la representación del mínimo porcentaje de participación, no ocurrió, y Schneider quedó con la tarea de convocar a un congreso refundacional, cosa que hasta ahora, luego de varios años, no ha tenido lugar. Un deterioro lamentable para la Universidad y para el país, puesto que ello conlleva menor participación y ausencia de un interlocutor estudiantil válido a nivel de la institución toda, a pesar de que efectivamente los centros de alumnos de las distintas facultades, han permanecido activos y mantienen esa voz tan necesaria para el diálogo interno, lo mismo con respecto a los representantes estudiantiles en el Senado Universitario.

Durante varios años a partir de la década del 2000, la FECH promovió acciones que quedaban muy fuera de la idea de representar adecuadamente a los estudiantes y sus problemas. Se sucedían paros y tomas que no exponían ninguna reivindicación que representara efectivamente a los estudiantes de la Universidad, mientras que los acuerdos logrados al final de muchas de esas actividades no revestían ningún claro beneficio para ellos en su conjunto. Solamente se alentaba así a una cúpula dirigente que iba poco a poco separándose de la representatividad que tiene que tener un organismo directivo, y que tradicionalmente tuvo la FECH. Además, la Federación fue tradicionalmente una institución que respetaba la diversidad existente en el movimiento estudiantil, especialmente considerando las distintas culturas y problemáticas existentes a lo largo de facultades, institutos y carreras. Hubo momentos importantes en la tarea desempeñada por los directivos de la FECH, como fueron aquellos en que había que consolidar el trabajo universitario durante el retorno a la democracia, y cuando hubo que modernizar el Estatuto de la Corporación para dar cabida a la participación de la comunidad toda en la resolución de los retos que la Universidad de Chile debe siempre enfrentar. Pero nuevas generaciones directivas fueron poco a poco desvirtuando el norte, incentivando protestas y acciones violentistas, que no obedecían a una agenda de prioridades estudiantiles ni institucionales. Con ello, el apoyo en los miles de estudiantes de la Universidad decayó ostensiblemente, llevando al punto en que su votación no alcanzó la representatividad mínima requerido por los propios estatutos de la institución.

Ciertamente en este lamentable proceso de deterioro institucional, tiene una gran responsabilidad el estamento directivo y los movimientos políticos a cargo de la conducción de la FECH durante más de una década. Incluso en etapas cruciales para el país, como aquellas vinculadas a los desarrollos ocurridos a partir de fines del 2019, la FECH no cumplió un rol significativo, como entidad capaz de llamar al diálogo y promover una agenda activa de diálogo y propuesta. Por el contrario, se sumó silenciosamente a la protesta, pero sin proveer el espacio para que se manifestaran distintas visiones a partir del movimiento estudiantil. En realidad, por ese entonces, la FECH ya había sucumbido como institución válida y sus dirigentes, incluyendo a quien estaba encargado de convocar a su refundación, estaban en tareas de elección popular, alejados de la institución que ayudaron a apagar.

Es bueno que se llame a reconstituir una entidad histórica y señera, como fue la FECH, y ojalá exista ánimo responsable en el proceso de refundación. Valentín Letelier, el rector de la Universidad de Chile durante el período en que se creaba la FECH en 1906, estaría muy satisfecho ante la posibilidad de que se retome el rumbo pensado para la mayor y más trascendente organización estudiantil en la historia de Chile.


Prof. Luis A. Riveros

europapress