La semana pasada pasó al Senado el proyecto de cumplimiento tributario con la aprobación mayoritaria de las diputadas y diputados de la Cámara, con un inapelable 120 a favor, 18 en contra y 3 abstenciones.
Pasan los días, las semanas y los meses y aún no vemos medidas eficientes que permitan incentivar o gestionar el crecimiento que el país necesita. Tal vez la demora se deba a la autocomplacencia de la autoridad ante el crecimiento de 0,2% del PIB del año pasado, así también como el 4,5% de crecimiento del IMACEC de febrero que les fundamenta las medidas del aumento del sueldo mínimo y las 40 horas de trabajo.
La semana pasada ocurrieron 3 eventos que me llamaron la atención.
La semana pasada conocimos el fallo del Tribunal Tributario y Aduanero de la Región de Ñuble y Región del Biobío donde da la razón al Servicio de Impuesto Internos (SII) quien consideró elusiva con abuso de las formas jurídicas la operación que realizó una empresa chilena, siendo la primera sentencia que aplica la Norma General Antielusiva (NGA) contenida en el Código Tributario.
La semana pasada vimos con bombos y platillos el anuncio del envío a tramitación de dos proyectos de ley que ayudarán a reducir los plazos que requieren los proyectos de inversión para cumplir con los permisos necesarios para su implementación. Se trata de la reforma al sistema de regulación ambiental y una nueva ley marco de autorización
Luego de leer la propuesta de nueva constitución, en lo atingente a los tributos, puedo apreciar que el constituyente mantuvo la estructura consagrada en la actual constitución, incorporando algunos elementos que no alteran su esencia, lo cual permite concluir que validad el sistema que nos ha regido durante estos 30 años.