MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
El Observatorio Estatal sobre Daño Cerebral ha alertado en un estudio del infradiagnóstico del daño cerebral adquirido (DCA) en España, lo que provoca que las cifras de prevalencia e incidencia de la afección estén subestimadas y, como consecuencia, dificulta el acceso efectivo de pacientes y familias a recursos y apoyos especializados.
"El problema de la infradetección radica en que la poca identificación de la condición neurológica del DCA está generando una invisibilización de las personas y, consecuentemente, una barrera que limita el acceso de las personas y las familias a los recursos, apoyos y servicios sanitarios, sociosanitarios y sociales adecuados, con especial impacto en los servicios de neurorrehabilitación", recoge el Estudio sobre la realidad de la infradetección en la incidencia y prevalencia del Daño Cerebral Adquirido.
Este estudio cuenta con la participación de especialistas en neurología, neurocirugía, documentación clínica, medicina rehabilitadora, Atención Primaria, neuropsicología y representantes del movimiento asociativo.
Para el Observatorio, impulsado por Daño Cerebral Estatal en colaboración con la Secretaría de Estado de Derechos Sociales del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, uno de los elementos "más críticos" se relaciona con la falta de un código diagnóstico específico para el DCA, lo que impide un seguimiento adecuado de los casos y una subestimación de su prevalencia e incidencia real.
Según explica, en la actualidad el DCA se codifica según su causa (ictus, traumatismo craneoencefálico, anoxia, tumores, infecciones, etc.), lo que introduce una alta variabilidad de situaciones de codificación y dificulta la consolidación de datos homogéneos para la afección. Frente a esto, propone la creación de un código propio en la 11ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
DEFICIENTE COORDINACIÓN SOCIOSANITARIA
El estudio también advierte de una "deficiente" articulación y coordinación entre sistemas asistenciales, lo que lleva a una "escasa derivación y devolución de información" que impide una visión longitudinal de la personal. Por ello, el Observatorio insta a mejorar la continuidad asistencial, la codificación sistemática de déficits y la intervención temprana de trabajo social, a fin de avanzar hacia una atención más equitativa y eficiente.
Asimismo, recoge que la cultura médica está centrada en el diagnóstico agudo, algo que a veces lleva a infravalorar la exploración de algunas secuelas que pueden ser determinantes. El informe señala que esta situación se ve condicionada por la disponibilidad de tiempo, profesionales y espacios, que impide el correcto diagnóstico de los pacientes.
En este punto, el Observatorio aboga por implementar rutas diagnósticas, incorporar indicadores específicos en la historia clínica electrónica y reforzar la intervención de perfiles especializados como neuropsicólogos y médicos rehabilitadores de referencia.
Por último, urge a reforzar la sensibilización y la formación de la población y de los profesionales sanitarios y propone realizar campañas de detección precoz y elaborar un censo nacional que integre datos clínicos y sociales, con especial atención a las secuelas invisibles del DCA.
El estudio incorpora además un listado de casi 1.000 códigos y subcódigos de la CIE-10 relacionados con etiologías y secuelas del DCA, así como un recorrido asistencial que identifica los momentos clave para su detección.