MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
El Ministerio de Sanidad, en colaboración con la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud, ha publicado una nota técnica con recomendaciones estratégicas para reforzar la longitudinalidad en la Atención Primaria, una dimensión asistencial entendida como la relación sostenida entre personas y sus profesionales de referencia a lo largo del tiempo.
Desde Sanidad resaltan que la longitudinalidad en la Atención Primaria se consolida como un factor clave para la mejora del sistema sanitario. Diversos estudios analizados en el documento demuestran que una mayor longitudinalidad se asocia a la reducción de hasta el 30 por ciento en la mortalidad en pacientes con relaciones estables con su profesional de Atención Primaria durante más de 15 años.
Además, los pacientes con atención longitudinal presentan hasta un 28 por ciento menos de ingresos hospitalarios y un 30 por ciento menos de visitas a urgencias en comparación con aquellos sin atención longitudinal. También permite un mejor control de enfermedades crónicas como diabetes, demencia o hipertensión, mayor adherencia a tratamientos y disminución de errores en la prescripción, especialmente en personas con múltiples patologías.
Así como una mayor eficiencia del sistema sanitario, con reducciones potenciales de hasta el 5,2 por ciento en la demanda total de consultas gracias a relaciones estables que evitan reconsultas innecesarias.
El Ministerio recalca que estos beneficios son particularmente significativos en personas mayores, pacientes complejos y personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica, quienes requieren mayor continuidad y personalización en la atención.
ESTRATEGIAS PARA CONSOLIDAR LA LONGITUDINALIDAD
Sanidad explica que está impulsando una estrategia integral basada en cinco ejes para fortalecer esta dimensión clave del modelo de atención. El primer eje se centra en la estabilidad profesional, mediante la reducción de la temporalidad con contratos duraderos, incentivos en zonas de difícil cobertura y oportunidades de desarrollo profesional continuo.
Además, se organiza a los pacientes en microequipos formados por médico de familia, enfermera y administrativo, con cupos asignados, que funcionan como unidad básica de referencia para el seguimiento longitudinal. El tercer eje es la digitalización con enfoque de continuidad, que incluye historia clínica interoperable, citación prioritaria con el profesional habitual y herramientas digitales centradas en la relación entre la persona y el profesional.
El cuarto punto es la estratificación poblacional con el uso de grupos de morbilidad ajustada para identificar a pacientes de alta complejidad y priorizar intervenciones con enfoque longitudinal. Por último, la implementación de métricas como el 'Usual Provider of Care' (UPC), el tiempo medio de relación con el profesional y la antigüedad en el puesto, para evaluar y comparar la longitudinalidad en las distintas comunidades autónomas.
El informe destaca que preservar esta continuidad exige un diseño intencional del modelo organizativo, especialmente en un contexto de creciente demanda asistencial, envejecimiento poblacional y escasez de profesionales.
"Este compromiso se materializa en el Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2025-2027, que sitúa la longitudinalidad como uno de los pilares para garantizar una atención accesible, equitativa, personalizada y sostenible", finalizan desde Sanidad.