Por qué se recomienda añadir arroz previamente congelado a las lentejas y para qué sirve realmente

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Las lentejas son uno de los platos más arraigados en la cocina española por su facilidad y rapidez de elaboración y su alto valor nutritivo. En algunos lugares se preparan con chorizo; en otras regiones, en cambio, se opta por una versión más ligera en la que las verduras son las protagonistas; y, en ocasiones, incluso se combinan ambos ingredientes. También hay quien las acompaña con arroz, una costumbre habitual en muchas casas y muy extendida en América Latina.


Quienes disfrutan de esta última combinación quizá no sepan que existe una forma muy concreta de incorporar el arroz que puede mejorar el perfil nutricional del plato: utilizar arroz previamente cocido, enfriado, congelado y recalentado. Puede parecer un gesto sin importancia, pero este proceso modifica la estructura del almidón y aporta beneficios adicionales al organismo sin alterar la esencia de las lentejas.


QUÉ BENEFICIOS TIENE EL ARROZ CONGELADO Y RECALENTADO


Según la especialista en aparato digestivo en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, María Muñoz, cuando el arroz se cocina, se deja enfriar y posteriormente se congela, parte de su almidón se transforma en almidón resistente: un tipo de carbohidrato que el organismo digiere de forma mucho más lenta y que no se convierte tan fácilmente en glucosa.


Gracias a ello, una fracción de ese almidón actúa casi como fibra, lo que hace que su impacto en la glucemia sea menor y que el cuerpo obtenga algo menos de energía que con el arroz recién hecho. Al recalentarlo suavemente, este efecto se mantiene, de modo que incorporar el arroz tras este proceso aporta un ingrediente con un perfil glucémico más bajo y una digestibilidad distinta.


POR QUÉ AÑADIRLO A LAS LENTEJAS


La combinación de lentejas y arroz es clásica, pero esta variación tiene una razón nutricional muy concreta. Las lentejas poseen un índice glucémico moderado y abundante fibra. Si se les añade arroz con almidón resistente, la mezcla resulta en una digestión aún más llevadera y estable.


Esto hace que el guiso resulte más saciante y con una respuesta glucémica más estable, algo especialmente útil para quienes buscan mantener controlados sus niveles de azúcar en sangre sin renunciar a un plato tradicional. La ventaja es que esta mejora nutricional no altera ni el sabor ni la textura del guiso, por lo que se integra de forma totalmente natural en la receta de siempre.


CUIDADO: EL ARROZ MAL CONSERVADO PUEDE SER PELIGROSO


A pesar de los beneficios de este proceso, existe un riesgo de intoxicación a tener en cuenta. La especialista María Muñoz recuerda que el arroz cocido es uno de los alimentos más vulnerables a la proliferación de Bacillus cereus, una bacteria cuyas esporas sobreviven a la cocción y pueden multiplicarse si el arroz se deja reposar demasiado tiempo a temperatura ambiente.


Para reducir cualquier riesgo, Muñoz aconseja no dejar el arroz cocido a temperatura ambiente más de una hora y extenderlo en recipientes amplios y poco profundos para que se enfríe rápido antes de guardarlo en la nevera o el congelador . Además, debe ser consumido en un plazo máximo de 48 horas cuando no esté congelado y no se debe mezclar con otro arroz que ya haya estado refrigerado.


europapress