​Chile y su potencial turístico: Entre la naturaleza que transforma, y las decisiones que limitan

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Marta Lorenzini

Chile es un país de contrastes infinitos. Desde el desierto más árido del mundo hasta los glaciares australes, su geografía encierra una diversidad natural que muchos destinos envidiarían. Sin embargo, esa riqueza no siempre se traduce en visión estratégica. El reciente recorte del 27% al presupuesto de promoción internacional es un ejemplo claro: una medida que amenaza con reducir la visibilidad de Chile en el escenario global justo cuando el turismo vuelve a despegar con fuerza.


La noticia encendió alarmas en todo el sector. Gremios hoteleros, agencias y comunidades turísticas lo consideran un golpe directo a la competitividad del país. Y no es exagerado. En un contexto donde los destinos compiten por captar viajeros, inversión y reputación, disminuir la promoción equivale a bajar la voz en un mercado que no espera a nadie.


El turismo chileno genera más de 691 mil empleos directos - el 7.4% del total nacional -, y cerca de 200 mil indirectos. En 2024. recibió 4.5 millones de visitantes internacionales, aportando USD 3.800 millones al país. Sin embargo, la inversión en promoción apenas supera los USD 9 millones anuales, muy por debajo de Perú o Colombia, que destinan más del triple.


Cada dólar invertido en promoción turística puede generar hasta USD 20 en gasto turístico, según Onu Turismo. En ese contexto, recortar el presupuesto no es ahorrar: es perder oportunidades de ingreso, empleo y desarrollo local.


Chile ocupa el puesto 34 de 119 países en el Índice de Competitividad de Viajes y Turismo del Foro Económico Mundial y lidera en América Latina en turismo de naturaleza y sostenibilidad. Ha sido reconocido 8 años consecutivos como Mejor Destino de Turismo Aventura del Mundo, y cuenta con una red de más de 100 parques y reservas nacionales, una marca coherente -, “Chile, naturaleza que te transforma” -, y productos con un alto potencial: astroturismo, enoturismo, turismo rural y científico.


A pesar de ello, el país sigue dependiendo de modelos promocionales tradicionales y de una inversión insuficiente que impide consolidar una estrategia moderna y digital. Los destinos líderes en sostenibilidad, no solo promocionan, sino que miden, segmentan y comunican con inteligencia, integrando tecnología, datos y cooperación pública - privada.


El turismo no es solo paisajes: es una industria de personas, comunidades y decisiones. Cada recorte en promoción se traduce en menos oportunidades para los territorios, menos empleo, menos capacidad para sostener la cadena de valor que da vida a regiones enteras.


Chile tiene todo para posicionarse como un laboratorio de turismo sostenible, pero necesita una política de Estado que trascienda ciclos políticos y comprenda que la promoción no es gasto, sino inversión. Una inversión que proyecta nuestra identidad, impulsa la innovación y diversifica la economía.


Porque la naturaleza que transforma también necesita decisiones que la sostengan.


Marta Lorenzini

Estratega Territorial turística & Fundadora de Real Travel

europapress