Marta Lorenzini



Marta Lorenzini

Cada año, miles de personas se extravían en parques nacionales y en entornos naturales alrededor del mundo. Las causas se repiten: desvíos de senderos, cambios bruscos del clima, lesiones, sobreconfianza o falta de información actualizada. A esto se suman los crecientes eventos meteorológicos extremos, que amplifican la vulnerabilidad de quienes recorren rutas de montaña.

Chile es un país de contrastes infinitos. Desde el desierto más árido del mundo hasta los glaciares australes, su geografía encierra una diversidad natural que muchos destinos envidiarían. Sin embargo, esa riqueza no siempre se traduce en visión estratégica. El reciente recorte del 27% al presupuesto de promoción internacional es un ejemplo claro: una medida que amenaza con reducir la visibilidad de Chile en el escenario global justo cuando el turismo vuelve a despegar con fuerza.

El impacto de este lema, se entiende mejor cuando se traslada a la vida real de los territorios. Significa, por ejemplo, que una comunidad rural pueda digitalizar su oferta turística y acceder a mercados globales.

El turismo es un sector económico clave para muchas naciones, ya que genera ingresos significativos, crea empleos y fomenta el desarrollo local. Además, promueve el intercambio cultural y puede contribuir a la conservación del patrimonio y el medio ambiente.

En un mundo donde “Tecnología y sostenibilidad” marcan la hoja de ruta en la Industria Turística, el liderazgo femenino se consolida como un motor de innovación y desarrollo en la industria. Con más del 54% de la fuerza laboral del sector conformada por mujeres


Los viajeros de hoy buscan algo más que los tradicionales recorridos turísticos que han dominado el mercado durante décadas. El turista moderno anhela conexiones más profundas con los lugares que visita, priorizando actividades que ofrezcan autenticidad y un toque personal. Prefieren opciones que les permitan interactuar directamente con su entorno, eligiendo destinos menos concurridos para descubrir joyas ocultas, más allá de las atracciones superficiales.

Según las Directrices internacionales sobre planificación urbana y territorial (Nairobi ONU Hábitat, 2015), para el año 2050, 7 de cada 10 personas vivirán en zonas urbanas.