La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado este viernes de la entrada en vigor de las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI), que los Estados miembro adoptaron en la 77ª Asamblea Mundial de la Salud, celebrada en Ginebra (Suiza) en 2024.
Para la OMS, este es un "hito en la gobernanza sanitaria mundial" y refleja un "renovado compromiso mundial" con la cooperación ante las emergencias de salud pública, basado en las lecciones aprendidas con esfuerzo durante la pandemia de Covid-19.
Entre los cambios, se ha introducido un nuevo nivel de alerta mundial, denominado 'emergencia pandémica', para impulsar una mayor colaboración internacional cuando un riesgo para la salud se intensifica más allá de una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) y supone el riesgo de convertirse, o ya se ha convertido, en una pandemia, con un impacto generalizado en el sistema de salud y perturbaciones en las sociedades.
Asimismo, las enmiendas introducen el establecimiento de Autoridades Nacionales del RSI por parte de los gobiernos para coordinar su aplicación e incluyen disposiciones para fortalecer el acceso a productos médicos y la financiación con base en la equidad y la solidaridad.
"El fortalecimiento del Reglamento Sanitario Internacional representa un compromiso histórico para proteger a las generaciones futuras del impacto devastador de las epidemias y pandemias", ha destacado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha subrayado que "nadie está a salvo (de una emergencia sanitaria) hasta que todos lo estemos".
HACER FRENTE A RIESGOS PARA LA SALUD PÚBLICA
El RSI es un reglamento mundial que orienta a 196 Estados parte, incluidos los 194 Estados miembro de la OMS, sobre sus derechos y obligaciones en relación con los riesgos para la salud pública. Reconoce que las enfermedades infecciosas y otros riesgos para la salud pública no conocen fronteras y que la acción mundial coordinada es crucial.
Desde sus orígenes, que se remontan al siglo XIX, el reglamento ha ido evolucionando para adaptarse al panorama cambiante de la salud mundial. Las últimas revisiones importantes, previas a las que entran este viernes en vigor, se adoptaron en 2005 tras el brote de SARS.
La agencia sanitaria internacional ha recordado que los Estados miembro siguen sumando esfuerzos para hacer frente a este tipo de obstáculos, como con el Acuerdo de la OMS sobre Pandemias, adoptado el pasado mayo y para el que se encuentran negociando un anexo sobre Acceso a Patógenos y Distribución de Beneficios.
Los Estados tienen el derecho soberano de implementar la legislación relacionada con las políticas sanitarias, de forma que la OMS carece de autoridad para obligar a los países a actuar. De hecho, once de los 196 Estados Partes del RSI rechazaron las enmiendas de 2024, por lo que, para ellos, las versiones anteriores del reglamento siguen vigentes, aunque los rechazos pueden retirarse en cualquier momento.