En un entorno profesional cada vez más dinámico y competitivo, destacar ya no depende únicamente de las competencias técnicas o de la experiencia adquirida.
Hoy, uno de los factores determinantes para alcanzar el éxito laboral radica en comprender que cada persona es, en sí misma, una “marca” que debe ser gestionada, fortalecida y proyectada de manera estratégica.
En este contexto, cada profesional, a lo largo de su trayectoria, necesita aprender a gestionar y proyectar su propia imagen en el mercado laboral. Para ello, resulta esencial definir con claridad qué tipo de marca personal desea construir y asegurarse de que esta se sostenga en el tiempo. Esa solidez se logra cuando la marca se fundamenta en experiencias reales, competencias demostradas y logros verificables.
Adicionalmente, la marca personal no solo es un recurso para obtener un empleo, sino una herramienta de posicionamiento que abre puertas, amplía las redes de contacto y permite generar confianza en distintos ámbitos de desarrollo.
Algunas recomendaciones prácticas para quienes buscan potenciar su perfil y diferenciarse en el mercado son:
Visibilidad y participación activa. Para ser considerado en nuevas oportunidades, es indispensable “estar presente”. Esto implica participar en redes profesionales como LinkedIn, compartir contenidos relevantes, expresar opiniones informadas y asistir a actividades presenciales como seminarios, congresos o ferias laborales. La visibilidad genera recordación, y la recordación abre oportunidades.
Gestión de la imagen personal. La marca se refleja tanto en la apariencia como en la forma de comunicarse. Cuidar el estilo de vestimenta, la huella digital en redes sociales, el lenguaje y la actitud es clave para proyectar profesionalismo y confianza. La coherencia entre lo que se muestra y lo que se es constituye un factor crítico de éxito.
Autoconocimiento como punto de partida. Conocer las propias fortalezas, debilidades, intereses y valores permite orientar la carrera hacia sectores e industrias donde exista mayor afinidad y potencial de crecimiento. Esta claridad ayuda a tomar decisiones profesionales más acertadas y a proyectar coherencia en el discurso y en la práctica.
Generar sinergias y networking estratégico. La interacción con otros profesionales amplía horizontes, enriquece el aprendizaje y fortalece la trayectoria. El networking ya no se limita a sumar contactos, sino a crear vínculos de valor que aporten a ambas partes. La colaboración y el intercambio de experiencias permiten crecer en lo personal y lo laboral.
Presencia digital propia. Contar con un sitio web o blog personal complementa la participación en redes sociales. Allí, el profesional puede compartir artículos, casos de éxito, investigaciones o reflexiones, posicionándose como referente en su especialidad. Este espacio propio refuerza la credibilidad y permite mostrar trayectoria y conocimientos de manera estructurada.
En consecuencia, la marca personal no se construye de la noche a la mañana. Es decir, requiere constancia, autenticidad y una estrategia clara. La clave está en lograr coherencia entre lo que se comunica y lo que se demuestra como profesional a diario, lo que finalmente genera reputación y confianza en el mercado.
Por Francisco González Pizarro, gerente general de Vertical Hunter – www.verticalhunter.cl