Las inversiones del Fondo Mundial en la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria han logrado reducir la tasa de mortalidad combinada de las tres enfermedades en un 63 por ciento y su incidencia combinada en un 42 por ciento desde 2002, lo que se traduce en 70 millones de vidas salvadas.
Así se desprende del informe de resultados 2025, que la alianza global ha publicado este miércoles para dar a conocer los avances que han alcanzado sus acciones en el ámbito de la vigilancia, detección, seguimiento y tratamiento del sida, la tuberculosis y la malaria.
En lo que respecta al VIH y sida, el Fondo Mundial aporta el 26 por ciento de la financiación mundial destinada a programas relacionados. Esto ha permitido que, en 2024, el 88 por ciento de las personas infectadas en los países financiados conociera su estado serológico y el 79 por ciento recibiera terapia antirretroviral, frente al 22 por ciento que contaba con ella en 2010.
Además, el 74 por ciento tenía una carga viral suprimida y el 85 por ciento de las mujeres embarazadas que vivían con el VIH recibió tratamiento antirretroviral. Todos estos son los datos más altos jamás registrados para estos indicadores.
En total, en 2024, 25,6 millones recibieron terapia antirretroviral para el VIH; 12,3 millones se beneficiaron de servicios de prevención; 648.000 madres seropositivas recibieron medicamentos para mantenerse con vida y evitar transmitir el VIH a sus bebés; y se realizaron un total de 46,6 millones de pruebas de detección.
Estas medidas han permitido reducir en un 82 por ciento la mortalidad y en un 73 por ciento las nuevas infecciones por VIH desde 2002. Aun así, el Fondo Mundial ha advertido que el pasado año 630.000 personas murieron por causas relacionadas con el sida y se registraron 1,3 millones de nuevas infecciones por VIH en todo el mundo.
75% DE COBERTURA FRENTE A LA TUBERCULOSIS
El informe también apunta que el Fondo Mundial proporciona el 73 por ciento de toda la financiación internacional destinada a los programas de tuberculosis. Con ello, en 2023, la cobertura del tratamiento para todas las formas de tuberculosis alcanzó el 75 por ciento en los países donde se realizan inversiones, su nivel más alto hasta la fecha, en comparación con el 45 por ciento de 2010.
El 44 por ciento de las personas con tuberculosis farmacorresistente (120.000 personas) inició el tratamiento y, del total de pacientes que comenzaron terapia, el 88 por ciento lo recibió con éxito. Asimismo, el 91 por ciento de las personas con VIH que padecían tuberculosis recibieron terapia antirretroviral, en concreto, 317.000 personas con VIH y tuberculosis y 2,2 millones de personas seropositivas.
Entre las acciones que impulsa el Fondo Mundial para luchar contra la tuberculosis, destaca el trabajo continuo sobre las pruebas de detección, y la ampliación de esfuerzos para identificar a afectados no diagnosticados.
En esta línea, el Fondo Mundial resalta el uso de herramientas de 'software' para la detección asistida por ordenador con inteligencia artificial (IA) y las radiografías de tórax digitales portátiles están revolucionando la detección de la tuberculosis.
Todo ello ha contribuido a reducir la tasa de mortalidad por tuberculosis en un 57 por ciento y la tasa de incidencia en un 28 por ciento desde 2002.
162 MILLONES DE MOSQUITERAS
Sobre la malaria, el Fondo Mundial indica que distribuyó 162 millones de mosquiteras tratadas con insecticidas, realizó pruebas a 360 millones de casos sospechosos y ofreció tratamiento a 173 millones de pacientes.
El organismo cubre el 59 por ciento de la financiación mundial destinada a programas de malaria. Sus esfuerozos facilitaron que 50,9 millones de niños recibieran quimioprevención de malaria estacional y que 17,8 millones de mujeres embarazadas recibieran tratamiento preventivo para la malaria.
Desde 2002, los esfuerzos para apoyar a los trabajadores de salud comunitarios y las soluciones impulsadas localmente han ayudado a reducir la tasa de mortalidad en un 51 por ciento y la tasa de incidencia en un 26 por ciento.
El Fondo Mundial asegura que el objetivo de erradicar la malaria "está al alcance", pero advierte que el aumento de los conflictos, las perturbaciones causadas por fenómenos meteorológicos extremos y la creciente resistencia a los medicamentos antipalúdicos e insecticidas están complicando los esfuerzos para combatirla.
El informe concluye alertando que todos los logros alcanzados hasta ahora contra el sida, la tuberculosis y la malaria "están en riesgo" como consecuencia de los recortes en financiación internacional, los conflictos, los desplazamientos y la erosión de los derechos humanos, lo que pone en peligro millones de vida.