Observaciones con el Very Large Telescope (VLT) han localizado una explosión de rayos gamma que se repitió varias veces en el transcurso de un día, un evento diferente a todo lo que se había visto antes.
Se descubrió que la fuente de la potente radiación estaba fuera de nuestra galaxia. Los estallidos de rayos gamma (GRB) son las explosiones más potentes del universo, normalmente causadas por la destrucción catastrófica de estrellas. Pero ningún escenario conocido puede explicar del todo este nuevo GRB, cuya verdadera naturaleza sigue siendo un misterio, informó en un comunicado el European Southern Observatory (ESO), que opera el VLT.
Según Antonio Martin-Carrillo, astrónomo del University College Dublin (Irlanda), y coautor principal de un estudio sobre esta señal (publicado recientemente en The Astrophysical Journal Letters), este GRB es "diferente a cualquier otro visto en 50 años de observaciones de GRB".
Los GRB son las explosiones más energéticas del universo. Se producen en eventos catastróficos, como estrellas masivas que mueren en potentes explosiones o son destrozadas por agujeros negros. Por lo general, duran de milisegundos a minutos, pero esta señal -GRB 250702B- duró aproximadamente un día. Esto es "entre 100 y 1000 veces más largo que la mayoría de los GRB", declara Andrew Levan, astrónomo de la Universidad de Radboud (Países Bajos), y coautor principal del estudio.
NUNCA SE HABÍA VISTO UN GRB TAN LARGO Y REPETITIVO
"Más importante aún, los estallidos de rayos gamma nunca se repiten, ya que el evento que los produce es catastrófico", indica Martin-Carrillo. La alerta inicial sobre este GRB llegó el 2 de julio procedente del Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi, de la NASA. Fermi detectó no una, sino tres ráfagas de esta fuente en el transcurso de varias horas. Posteriormente, también se descubrió que la fuente había estado activa casi un día antes, gracias a los datos obtenidos por la misión Einstein Probe (una misión conjunta del Telescopio espacial de rayos X, de la Academia de Ciencias de China, la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Instituto Max Planck de Física Extraterrestre). Nunca antes se había visto un GRB tan largo y repetitivo.
Estas observaciones proporcionaron tan solo una ubicación aproximada del GRB, que estaba hacia el plano de nuestra galaxia, cargado de estrellas. Por lo tanto, el equipo recurrió al VLT de ESO para identificar la ubicación de la fuente real dentro de esta zona. "Antes de estas observaciones, el sentimiento general en la comunidad era que este GRB debía haberse originado dentro de nuestra galaxia. El VLT cambió del todo ese paradigma", declara Levan.
Usando la cámara HAWK-I del VLT, se detectaron evidencias de que la fuente podría estar en otra galaxia. Esto se confirmó más tarde gracias a las observaciones del Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA. "Lo que descubrimos fue mucho más emocionante: el hecho de que este objeto sea extragaláctico significa que es bastante más potente", afirma Martin-Carrillo. El tamaño y el brillo de la galaxia anfitriona sugieren que puede estar ubicada a unos pocos miles de millones de años luz de distancia, pero se necesitan más datos para refinar esta distancia.
La naturaleza del evento que causó este GRB aún se desconoce. Un posible escenario sería una estrella masiva colapsando sobre sí misma, liberando grandes cantidades de energía en el proceso. "Si se trata de una estrella masiva, es un colapso diferente a todo lo que hemos presenciado antes", declara Levan, ya que en ese caso el GRB habría durado solo unos segundos. Otra posibilidad que podría producir un GRB de un día de duración sería la de una estrella desgarrada por un agujero negro, pero para explicar otras propiedades de la explosión se requeriría que una estrella inusual fuera destruida por un agujero negro aún más inusual.
Para obtener más información sobre este GRB, el equipo ha estado monitoreando los restos de la explosión con diferentes telescopios e instrumentos, incluido el espectrógrafo X-shooter del VLT y el Telescopio Espacial James Webb, un proyecto conjunto de la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense. Descubrir que esta explosión tuvo lugar en otra galaxia será clave para descifrar qué la causó. "Todavía no estamos seguros de qué produjo este evento, pero con esta investigación hemos dado un gran paso adelante hacia la comprensión de este objeto extremadamente inusual y emocionante", concluye Martin-Carrillo.