Bruselas ofrece más control del pacto con Mercosur y apoyo a agricultores para agilizar su ratificación

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La Comisión Europea ha presentado este miércoles formalmente los textos legales que necesitan el visto bueno de los 27 y de la Eurocámara para la ratificación del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, un pacto para el que Bruselas ofrece mayor control sobre las salvaguardas que protegerán las producciones europeas más sensibles y reforzar los fondos de crisis para agricultores como medidas para convencer a los más reticentes, como Francia (sin minoría de bloqueo).



Bruselas intentó finalizar los documentos antes del parón veraniego para facilitar su ratificación antes de que finalizara este 2025 --cuando se cumplirá un año del fin de las negociaciones y el acuerdo político--, pero las reservas de Francia --seguidas por Polonia e Italia-- y, en paralelo, la crisis arancelaria con Estados Unidos aparcaron esta propuesta hasta ahora.



Con todo, fuentes comunitarias confían en que su ratificación por parte de los colegisladores europeos sea "lo más rápida posible" y permita, así, la entrada en vigor de manera interina de la parte comercial del acuerdo; sin tener que esperar a que se complete la ratificación por cada Estado miembro de manera individual del acuerdo global, lo que puede llevar años. Del otro lado, también el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, confía en que el acuerdo pueda ser firmado por las partes este semestre, aprovechando el impulso de la presidencia de turno brasileña de Mercosur.



Esta doble vía para la ratificación del Acuerdo de Asociación entre la UE y Mercosur permitiría una rápida entrada en vigor de la parte comercial si logra el visto bueno del Consejo (por mayoría cualificada de los gobiernos) y el consentimiento del Parlamento Europeo (por mayoría simple del pleno). Sin embargo, un grupo de eurodiputados de la Izquierda europea y de los Verdes ha cuestionado este planteamiento y amenazado con denunciar ante el Tribunal de Justicia de la UE la base legal diseñada por Bruselas para permitir esta división del proceso de ratificación.



En todo caso, la Comisión Europea y países defensores del acuerdo, como España y Alemania, defienden que el nuevo convenio permitirá establecer "la mayor zona de libre comercio del mundo", ya que los mercados europeos junto con los de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay sumarán unos 700 millones de consumidores.



Según afirmó la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, tras cerrar el acuerdo político con el Cono Sur el pasado diciembre en Montevideo, el nuevo marco ahorrará 4.000 millones en aranceles a los exportadores europeos; por ejemplo con la supresión progresiva del 35% actual que aplican al automóvil europeo y de otros que afectan a maquinaria o al textil.



Los negociadores europeos han sido "extremadamente cautos" en lo que se refiere a producciones europeas sensibles como el azúcar o el vacuno, según afirman fuentes comunitarias, que explican que se han fijado umbrales para los contingentes libres de aranceles.



El acuerdo, destaca Bruselas, facilitará que las empresas de la UE inviertan en cadenas de suministro clave, incluidas las materias primas críticas y bienes relacionados, siempre bajo un "alto nivel de protección ambiental y laboral".



MECANISMO DE CONTROL DE LAS IMPORTACIONES


Para facilitar la ratificación por parte del Consejo y del Parlamento Europeo antes de que finalice el año, Bruselas ha anunciado que tramitará también un acto jurídico que aclare el plano operativo de las salvaguardas previstas por la UE para reaccionar ante eventuales distorsiones consecuencia de la apertura de los mercados bajo el marco del nuevo pacto de libre comercio.



Esta iniciativa, que necesitará también el visto bueno de los Veintisiete y de la Eurocámara, establecerá un mecanismo para controlar los volúmenes, los precios y las cuotas de mercado en los países de la Unión Europea y aclarará cuándo la Comisión podrá activar medidas de control específicas si se detecta un aumento del 10% de las importaciones o una caída del 10% en los precios.



Este elemento que completará el acuerdo, aclaran fuentes comunitarias, afecta únicamente a la Unión Europea, en tanto que se trata de un instrumento propio para monitorizar el impacto del acuerdo y no requiere consulta ni aval por parte de los países del Mercosur. Desde el lado comunitario también insisten en que tras el acuerdo se sigue protegiendo la seguridad alimentaria y la salud en la Unión Europea porque "nada que no estuviera autorizado se autorizará".



Atenta a las reivindicaciones de los agricultores, la Comisión Europea promete también prever con fondos específicos para responder a situaciones de crisis que se puedan declarar en el sector agroalimentario europeo. En este sentido, el Ejecutivo comunitario recuerda que el nuevo marco presupuestario contará con una "nueva red de seguridad" dotada con 6.300 millones de euros que, en la práctica, duplicará la reserva agrícola comunitaria para proteger a los agricultores en situaciones de crisis o incertidumbre geopolítica, incluida la aplicación del acuerdo con Mercosur.



El acuerdo global entre la Unión Europea y Mercosur incluye también salvaguardas para garantizar el compromiso de las partes con la lucha contra el cambio climático y la deforestación, en línea con el Acuerdo climático de París y que el anterior presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, desafió. Además incluye capítulos sobre Derechos Humanos, lucha contra el crimen organizado y el blanqueo de capitales o gestión migratoria.



Además de la propuesta legal para la ratificación del acuerdo con Mercosur, el Colegio de Comisarios ha adoptado otra para pedir al Consejo y a la Eurocámara su luz verde al marco negociado con México para modernizar la relación comercial bilateral, cuyo acuerdo quedaba desactualizado por sumar más de 25 años. En este caso, Bruselas espera también una rápida ratificación aunque ya en 2026.




europapress