Cimas montañosas del Sáhara albergaron profundos lagos hace milenios

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Descenso al subcráter Era Kohor, dentro de la caldera de la cima de Emi Koussi, la montaña más alta del Sahara, a 3415 m. Se pueden observar sedimentos blanquecinos en el fondo del cráter: costras de sal de la desecación del lago.

Las cimas volcánicas del desierto del Sáhara, en el macido del Tibesti, albergaron profundos lagos de cientos de metros en su cráteres hace milenios, llenados con las lluvias del aire húmedo originado en el Mediterráneo.



El desierto seco más grande del mundo, el Sahara, era mucho más verde hace unos miles de años que en la actualidad, como lo demuestran numerosos descubrimientos arqueológicos y paleobotánicos, así como los paisajes que antaño fueron modelados por lagos y ríos. En aquella época, existían profundos lagos en cráteres en Tibesti, la cordillera más alta del Sahara, ubicada al sur de Libia.



Probablemente servía como depósito de agua para las regiones circundantes y sus habitantes. En algunos cráteres volcánicos aún se pueden ver costras de sal blancas como la nieve, restos de los lagos que los llenaron hace miles de años. Son muy conocidos el Doon Orei (gran agujero) y el cráter Era Kohor, más al sur. Sin embargo, el origen del agua que antaño llenaba los lagos seguía siendo un misterio.



Un equipo de investigación interdisciplinario, dirigido por Philipp Hoelzmann, investigador de la Freie Universität Berlin, y Martin Claussen, director emérito del Instituto Max Planck de Meteorología, ha resuelto recientemente este misterio combinando diferentes métodos: emplearon técnicas geoquímicas para analizar y datar muestras de sedimentos del Tibesti y reconstruir la dinámica de los paleolagos con mayor precisión. También investigaron el paleoclima regional de la región utilizando el modelo numérico de predicción meteorológica ICON (ICON-NWP), creando simulaciones plurianuales con una resolución espacial de cinco kilómetros para un período de hace unos 7.000 años, infomó el Instituto Max Planck en un comunicado.



Las características de la superficie terrestre y la temperatura superficial del mar se determinaron con base en simulaciones climáticas previas realizadas con el Modelo del Sistema Terrestre del Instituto Max Planck (MPI-ESM). Esto permitió que las simulaciones capturaran por primera vez la dinámica de la precipitación relacionada con la topografía en el Tibesti. Mediante teledetección exhaustiva y análisis del terreno, los investigadores evaluaron la hidrografía del sistema y desarrollaron un modelo numérico del equilibrio hídrico.



MÁS DE 300 METROS DE PROFUNDIDAD


Descubrieron que, hace 7.000 años, la precipitación en la zona norte del Tibesti era al menos un orden de magnitud mayor que en las regiones circundantes. Esto se debió al fuerte ascenso de masas de aire húmedo en las empinadas laderas montañosas. Como muestran las simulaciones, estas masas de aire se originaron en la región mediterránea nororiental, y no desde el sur, como se suponía anteriormente. Los nuevos hallazgos sobre la circulación atmosférica también explican por qué el 'Gran agujero' ubicado más al norte, recibió más precipitaciones, lo que dio lugar a un lago más profundo (aprox 330 metros de profundidad) que el Era Kohor, más al sur (aprox 130 metros).



El estudio proporciona información sobre los cambios paleohidrológicos en el Tibesti durante este Período Húmedo Africano. También demuestra la importancia de utilizar simulaciones paleoclimáticas con alta resolución espacial para explicar los efectos extremos de las empinadas laderas del Tibesti en la circulación atmosférica.



Estudios previos con modelos climáticos de baja resolución no captaron este aspecto. Sin embargo, es probable que desempeñe un papel en la evaluación de los cambios hidrológicos en el Sahara en el calentamiento climático del futuro.




europapress