La ola de incendios forestales que asola la Península Ibérica este mes de agosto ha provocado las mayores emisiones en España desde al menos 2003.
El Servicio de Monitoreo Atmosférico de Copernicus (CAMS) ha estado monitoreando de cerca el aumento excepcional de las emisiones de incendios forestales en España y Portugal durante la primera quincena de agosto.
A principios de mes, las emisiones acumuladas de carbono por incendios forestales en España se situaron por debajo de la media estacional, a pesar de varios incendios activos. Sin embargo, en tan solo unos días, una actividad de incendios sin precedentes en varias regiones elevó las emisiones totales de incendios forestales del país para 2025, convirtiéndose en el total anual más alto en los 23 años registrados en el conjunto de datos del CAMS.
MUY POR ENCIMA DE LÍMITES DE LA OMS
Las observaciones de la red española de vigilancia de la calidad del aire y del sistema de predicción y vigilancia del CAMS muestran que la calidad del aire en una amplia región de España se ha deteriorado, con concentraciones de partículas finas PM2.5 muy por encima de las directrices de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (que establecen una media de 24 horas de 15 picogramos por metro cúbico para PM2.5). El humo se ha propagado cientos de kilómetros, reduciendo la calidad del aire mucho más allá de las zonas de incendio inmediatas.
El humo de los incendios en la Península Ibérica se ha propagado por Francia, el Reino Unido y Escandinavia, sumándose al humo de los incendios forestales canadienses que cruzan el Atlántico.