La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) advierte del aumento del riesgo de reacciones alérgicas durante los meses de verano debido a los cambios de ambiente, de alimentación o de contacto con otras personas.
Así, señala que en esta época del año son más habituales los descuidos con la medicación o las ingestas accidentales en el caso de los niños con alergia alimentaria. "El verano trae consigo una serie de riesgos para la piel de los niños, especialmente para aquellos que sufren dermatitis atópica o urticaria crónica", añade la Sociedad.
Para prevenir lesiones cutáneas causadas por el sol, el sudor y el cloro, los pediatras alergólogos recomiendan tomar medidas preventivas específicas, como mantener la piel del menor bien hidratada para reforzar la barrera cutánea y protegerla de agentes irritantes.
Asimismo, el mayor tiempo que pasan los niños al aire libre, como en playas, el campo o la piscina, pueden incrementar el riesgo de reacción por picadura de medusas y de himenópteros, es decir, de avispas o abejas. Por todo ello, la SEICAP aconseja extremar las precauciones durante el verano.
En este punto, la Sociedad resalta que es fundamental llevar siempre la medicación de rescate indicada por su pediatra alergólogo, para utilizar en caso de reacciones generalizadas y asegurar que los niños disfruten de unas vacaciones divertidas, pero seguras.
"En esta época del año también hay que tener especial cuidado con la conservación de los autoinyectores de adrenalina. Aunque no necesitan refrigeración, deben mantenerse por debajo de 25°C y alejados de la luz directa y el calor extremo. Antes de usarlos, es importante comprobar que la solución es clara e incolora. Si se observa un color rosado, marrón, aspecto turbio o partículas, debe sustituirse por una nueva unidad", explican los pediatras.