MADRID 9 Jun. (EUROPA PRESS) - El partido ultraortodoxo Shas, miembro del Gobierno de coalición del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anunciado este miércoles que votará a favor de disolver el Parlamento tras sentirse "decepcionado" por la postura del primer ministro, Benjamin Netanyahu, en relación con una ley que permitía a los estudiantes de la yeshiva evitar el servicio militar obligatorio.
El portavoz de la formación, Asher Medina, ha indicado que "tal y como están las cosas", el partido votará a favor de disolver la Knesset, unas declaraciones que encajan con las amenazas vertidas durante los últimos días por los socios ultraortodoxos de la coalición, que han puesto sobre la mesa incluso la posibilidad de salir del Gobierno.
"Estamos decepcionados con Netanyahu. Esperábamos que hiciera algo antes, no tan solo al final", ha indicado durante una entrevista con la emisora de radio Kol Beramah. Tanto el Shas como el partido Judaísmo Unido de la Torá han amenazado con abandonar la coalición si el proyecto de ley no sale adelante.
No obstante, la oficina de Netanyahu señaló el viernes que se habían registrado "avances significativos" en las negociaciones con estos partidos en lo referente al servicio militar en plena ofensiva contra la Franja de Gaza.
El opositor israelí Benny Gantz, antiguo miembro del gabinete de guerra, ha retirado todos los proyectos de ley que su formación tenía previsto debatir en la Cámara para allanar el camino a la votación que podría llevar a la disolución de la Knesset --una medida que, de salir adelante, supondría un duro golpe para Netanyahu--, según informaciones recogidas por el diario 'The Times of Israel'.
Esto responde a la "decisión de la coalición de presentar decenas de proyectos de ley e introducir sus correspondientes debates en la agenda parlamentaria para retrasar la votación sobre la disolución del Parlamento", ha indicado.
La polémica sobre la obligatoriedad del servicio para los ultraortodoxos se desató el año pasado a raíz de un fallo del Tribunal Supremo, que estableció que no existe base legal alguna que les permita librarse de la instrucción. Desde entonces, cientos de judíos ultraortodoxos se han manifestado en Israel contra esta medida y han pedido al Gobierno mantener la exención de la que disfrutaban.