En toda institución se practica el brindar, por parte de la autoridad, una cuenta periódica que aborde los temas más álgidos en cuanto a proyectos en ejecución como también aquellos que se han concluido en el período relevante. Se trata de proporcionar información sobre la marcha de la institución que se trate, y a menudo se incluyen también los retos futuros y los proyectos que caracterizarán la marcha de la institución en el futuro. En realidad, todo esto tiene por propósito el otorgar el carácter de cuerpo de la institución que se trate, de otorgarle a sus miembros la visión de futuro y de unidad en pos de los objetivos estratégicos más trascendentes. En las universidades, por ejemplo, la cuenta anual de la autoridad tiene por propósito edificar cohesión en torno a los grandes objetivos y proporcionar información sobre la marcha y la forma en que se han estado abordando los desafíos más relevantes.
En el caso del país, la tradición republicana que representa la Cuenta Anual del Presidente de la República a la nación tiene propósitos similares. Se trata de informar al país sobre la evolución de los asuntos más fundamentales que le aquejan, especialmente aquellos que pueden transformarse en serias amenazas para la estabilidad y la adecuada marcha del país. Una cuenta debe representar un esfuerzo en torno a la construcción de la información de base, de manera que exista transparencia entre el diagnóstico propuesto y la realidad que percibe la audiencia ciudadana. Pero también, debería subrayar los obstáculos encontrados para las reformas que se estiman más cruciales, especialmente aquellas que demandan un sentido de unidad nacional para dimensionar correctamente los factores que determinan el éxito de las medidas propuestas. Todo esto es muy importante para darle al país un sentido de unidad, que es el factor más esencial para construir su progreso. Y a propósito de esos retos deben también mencionarse los proyectos a futuro, especialmente en lo concerniente a temas fundamentales que la población estime como inhabilitantes para una adecuada integración y superación de fallas esenciales.
Una debilidad fundamental de la última cuenta presidencial radica en no haber destacado lo suficiente aquellos aspectos que la población siente como factores que inhiben el progreso equitativo. Aquí están, por ejemplo, los problemas de seguridad y de la inmigración ilegal, que son mencionados repetidamente como la principal amenaza para una adecuada vida ciudadana, y frente a lo cual se percibe que los recursos asignados son insuficientes, como también el marco de política en que estos temas se desenvuelven. Tampoco se destacó suficientemente el grave tema de las listas de espera en salud, como también la inadecuacía de los recursos para atender las necesidades de la población, especialmente la más vulnerable. Se debió destacar estos dos temas como amenazas sobre la normal vida ciudadana, y especificar las correcciones que se deberían ejecutar para observar mejores resultados. No es que las informaciones de la prensa determinen esta sensación de insatisfacción ciudadana, un argumento a menudo destacado por las autoridades. Se trata de situaciones reales que mantienen con alto nivel de inseguridad a la población y constituyen una amenaza real sobre su calidad de vida. Un pronunciamiento de la autoridad sobre estas materias parecía ser imprescindible.
Hubo anuncios en la cuenta última, pero que constituyeron más bien aspectos programáticos e ideológicos que no conducen a una mayor cohesión nacional. El país necesita integrarse eficazmente para enfrentar los tiempos difíciles que vendrán en materia económica y social, derivado ello principalmente de la situación internacional. Los anuncios que dejan satisfechos a sólo una parte de la población no contribuyen a fortalecer la unidad nacional que tanto necesitamos para salir fortalecidos después de los pronunciamientos eleccionarios de este año. Se ha perdido la oportunidad de brindar una cuenta al país que sea un instrumento de conciliación, y no de una división que a nadie favorece.
Prof. Luis A. Riveros
Universidad Central