Si bien a muchos profesionales mayores de 50 años quizás les cuesta encontrar empleo actualmente, hay ciertas características en ellos que pueden jugar a su favor al momento de postular a un cargo determinado en una empresa o institución.
Tales perfiles poseen ciertas fortalezas y competencias que las nuevas generaciones como, por ejemplo, los Centennials no tienen.
Y es justamente ese valor diferenciador lo que los hace necesarios y fundamentales en las organizaciones de los diferentes sectores.
Algunos de los rasgos positivos que poseen los profesionales de más edad son sus habilidades blandas como la comunicación interpersonal, manejo de conflicto y capacidad para negociar, entre otras.
Asimismo, destaca la templanza y autonomía que muestran los perfiles maduros al momento de enfrentar una situación compleja o crisis dentro de la organización, lo que les permite evaluar con objetividad y tranquilidad una situación determinada, manteniendo siempre la calma frente a las generaciones más jóvenes.
La visión a largo plazo es otra de las peculiaridades de estos profesionales, pues conocen el camino para ganar experiencia, desarrollar su carrera y consolidarse en el mundo laboral.
Una cuarta fortaleza se vincula con su capacidad para liderar o coordinar equipos de trabajo, dada la trayectoria y manejo de grupo con que cuentan.
Finalmente, los colaboradores seniors también disponen de amplio oficio para conducir proyectos de diversas envergaduras, dada la metodología de trabajo estructurado que dominan y su habilidad para relacionarse con diversos públicos dentro de la organización.
Debilidades de la Generación Z
Si bien los Centennials cuentan con ciertos atributos como su facilidad para adoptar y utilizar nuevas herramientas tecnológicas, y trabajar bajo el formato remoto, también muestran ciertos aspectos que pueden afectar su desempeño.
Algunos de ellos son su poca tolerancia a la frustración; problemas con la comunicación interpersonal, pues están más acostumbrados a interactuar de manera digital; escasa experiencia laboral, pero grandes deseos de ascender rápidamente dentro de la organización; baja identificación con las estructuras tradicionales, lo que muchas veces los lleva a cuestionar ciertos aspectos de la cultura de la organización donde trabajan; y un gran interés por equilibrar su vida personal con la laboral, lo que a veces genera la impresión de que no están comprometidos 100% con su trabajo.
En resumen, si bien los trabajadores jóvenes tienen que aprender mucho de los mayores, estos últimos también pueden potenciar su desempeño profesional abriéndose a conocer nuevas tecnologías y elevar su capacidad de adaptarse de mejor manera a un mundo en constante cambio y evolución.
Por Francisco González Pizarro, gerente general de Vertical Hunter – www.verticalhunter.cl