A 52 años, ¿mirar hacia el Futuro o el Pasado?

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Mauricio Maturana

A 52 años, ¿mirar hacia el futuro o el pasado? Este año 2025 nuestro país conmemorará, una vez más, los 52 años del Golpe y/o Pronunciamiento militar ocurrido el 11 de septiembre de 1973 con las distintas connotaciones y sentimientos que cada uno le quiera dar. Pero por otro lado este mismo año es particularmente importante para la gran mayoría de los chilenos, pues habrá elecciones presidenciales y parlamentarias. En este último contexto y con motivo de una entrevista realizada a la candidata presidencial Evelyn Matthei en un programa radial, ella habría señalado que el Golpe militar de 1973 “fue inevitable” y con ello de nuevo la discusión acerca de este hecho histórico. Pero ¿quiénes son los que realmente festinan acerca de ello? Si la declaración fue o no prudente; que si fue o no sacada de contexto; que si habrá que corregir o no.   En fin. Sin duda los que más se dan el tiempo para tal análisis son una elite de la población, un grupo minoritario como políticos, los que gozan y/o añoran ser reconocidos como intelectuales, docentes, periodistas del ámbito políticos, analistas políticos, entre otros. A todos ellos, vaya que les interesa analizar tal declaración, desmenuzarla hasta la más fina idea. Seguramente en los futuros debates los periodistas argumentarán de inmediato y como siempre ocurre para las distintas candidaturas “es que Usted aspira a ser un funcionario público y la ciudadanía tiene derecho a saber qué opina al respecto”. De verdad ¿es realmente lo que más le importa saber al ciudadano de a pie?


A ver, en un Chile donde claramente hay un antes y un después a partir del año 2019; en un país donde el “lanzanso” ha pasado a ser en muchos casos derechamente un asesinato por no entregar un celular, una mochila con artículos de trabajo, tu auto o lo que sea; en un Chile donde las personas han tenido que cambiar sus hábitos como salir a distraerse en las tardes – noche para tener que guardarse en sus hogares para no ser víctimas de una encerrona, de asalto por culpa de la delincuencia. En un Chile donde dejó ser seguro y en donde lo más probable quienes tienen hijos pequeños, quizás nietos ya no les va a tocar vivir ese Chile que, por 30 años, al parecer, no era tan malo. En un Chile donde el trabajo formal ha bajado a niveles antes no vistos y que por el contrario el trabajo informal se ha expandido como mancha de aceite. En un Chile donde las bandas criminales, el comercio ambulante, los inmigrantes ilegales literalmente se han tomado barrios de las ciudades imponiendo sus propias leyes y costumbres; en un Chile donde muchos nacionales se sienten discriminados al ver como inmigrantes reciben un trato prioritario en materias de subsidio habitacional, acceso a la educación y salud; en un Chile en donde los hospitales hay largas listas de espera y lo que es peor aún, faltan insumos para entregar una atención de salud decente; en un país donde ya se ha hecho habitual encontrar cuerpos descuartizados, crimen por encargo, sicariatos, extorsiones; en un Chile donde las personas llegan prácticamente asfixiadas a fin de mes por el pago de cuentas; en un Chile donde debes pagar mucho impuesto pero a cambio no recibes una “educación pública, gratuita y de calidad”, una salud pública de buena calidad y para qué decir el primer y básico servicio que debe entregar todo Estado como es la seguridad … ¿de verdad alguien puede creer que los chilenos estamos pendientes y preocupados por la opinión que una candidata pueda tener acerca de un hecho que próximamente cumplirá 52?


Esto no hace más que confirmar la distancia que existe en las prioridades y necesidades para unos pocos versus para el grueso de la población. Los chilenos necesitamos hoy escuchar soluciones a nuestros problemas actuales en materias de seguridad, educación, salud, una justicia implacable ante la delincuencia, volver a tener policías e instituciones respetadas por todos quienes habitan esta tierra. A los chilenos les preocupa más tener un país que de reales posibilidades de crecimiento en todos los ámbitos de desarrollo personal; un país que dé espacio y apoyo a las buenas ideas, a sus deportistas. 


En definitiva, las personas de bien añoran escuchar soluciones reales y efectivas a sus problemas y necesidades para de esa manera volver a tener la esperanza de contar con un mejor país, especialmente para sus niños y adultos mayores en los próximos 52 años.


Mauricio Maturana C. 

Abogado

europapress