​Unas “Spring Meetings” Turbulentas

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Patricio Jaramillo




Las “Spring Meetings” o reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), reúnen cada año en Washington DC, con epicentro en las calles de 19th y la H en el barrio de Foggy Bottom, a ministros de hacienda, banqueros centrales, representantes del sector privado, académicos y otros actores relevantes para debatir temas de interés global.


Este año, sin duda la agenda se la ha tomado la guerra comercial y el impacto de los aranceles impuestos por Estados Unidos y sus consecuencias en el comercio, el rol de los bancos centrales y la política monetaria, implicancias en la estabilidad financiera, política fiscal y el estado de la deuda pública. Asimismo, se presentan actualizaciones en las proyecciones de los tres principales informes divulgados por el FMI: El World Economic Outlook (WEO), El Global Financial Stability Report (GFSR) y el Fiscal Monitor.


Las versiones de abril de estos informes han variado significativamente desde los primeros forecasts de enero. El crecimiento global se corrigió de 3.3% en enero a 2.8% para 2025 (unos US$ 520 mil millones de dólares menos), con un castigo fuerte a Estados Unidos (de 2.7% a 1.8%) y China (4.6% a 4%).


Estimaciones no oficiales realizadas por economistas de la FED de New York apuntan a 1.2% para el año para la economía norteamericana, mientras algunos indicadores apuntan a recesión. En este sentido, estas nuevas proyecciones dan cuenta del golpe post “liberation day”, pero aparentemente aún tienen espacio para seguir revisándose a la baja en lo que queda del año. En cuanto a estabilidad financiera, el GFSR remarca que los riesgos han subido considerablemente, impulsados por el desempeño de la mayoría de los precios de activos (bonos y acciones), aumentos en deuda pública y una mayor exposición de la banca a sectores que se han visto golpeados.


Para Chile, el crecimiento fue marginalmente corregido a la baja en 20 puntos base (de 2.2% a 2%), que si bien podría estar subestimando el efecto conjunto de nuestros dos principales socios comerciales con menor dinamismo, el menor impacto estimado obedece a algunos fundamentos favorables para la economía chilena: Primero, variables macros (inflación, tasas de interés, PIB, cuenta corriente y déficit fiscal) en valores cercanos a los tendenciales asociados a su estado estacionario. Segundo, una banca con más y mejores niveles de capital tras 5 años de implementación de Basilea III y buenos niveles de liquidez de corto plazo, y lo tercero, una política monetaria y financiera que ha mostrado efectividad tras el shock de la pandemia. 


Patricio A. Jaramillo. Economista y director de Riesgo Financiero de PwC Chile

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