Un estudio realizado por Quirónprevención ha mostrado que el Índice de Hígado Graso (FLI) permite identificar precozmente la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) durante los reconocimiento médicos laborales, lo que facilita llevar a cabo intervenciones preventivas antes de que progrese a estadios más graves.
El estudio, que ha sido publicado en la revista la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), ha mostrado que el FLI es una herramienta "útil, sencilla y costo-efectiva" para ser incluida en los reconocimientos médicos laborales, y ha destacado la importancia de realizar pruebas adicionales, como la elastografía hepática para evaluar la fibrosis, en aquellos casos con FLI alterado.
"La incorporación del FLI en los reconocimientos médicos laborales supone una oportunidad única para intervenir antes de que aparezcan complicaciones, especialmente en una enfermedad tan silenciosa como la EHGNA (...) Estamos demostrando que la medicina preventiva desde el entorno laboral puede tener un impacto real en la salud pública", ha destacado uno de los autores del estudio, el doctor Leopoldo Álvarez Martín.
La investigación se ha llevado a cabo en base a reconocimientos médicos realizados a 3.165 trabajadores de entre 20 y 74 años entre 2022 y 2023, incluyendo pruebas analíticas, ecografía abdominal y el cálculo del FLI y el LAP (Producto de Acumulación en el Hígado).
El FLI ha mostrado una "fuerte concordancia" con los hallazgos ecográficos de esteatosis hepática, y es que el 85 por ciento de las personas con FLI alterado presentaban signos ecográficos compatibles con hígado graso no alcóholico. Además, solo el 15 por ciento de los casos con FLI alterado no mostraban esteatosis en la ecografía, lo que demuestra una alta sensibilidad y especificidad del índice.
Hasta el 49 por ciento de las personas con esteatosis ecográfica tenían un FLI alterado, mientras que otro 36 por ciento presentaba un FLI en zona indeterminada. El 15 por ciento de quienes tenían signos ecográficos de esteatosis presentaban un FLI normal.
El trabajo también ha demostrado que el LAP cuenta con una menor capacidad predictiva frente al FLI, pues solo el 35 por ciento de las personas con esteatosis confirmada por ecografía presentaban un LAP alterado.
Asimismo, el 64 por ciento de los casos con esteatosis ecográfica presentaban un LAP normal, lo que limita significativamente su utilidad como herramienta de cribado. A diferencia del FLI, este índice no tiene zona indeterminada, por lo que su capacidad de matizar el riesgo es más limitada.
Por otro lado, se ha comprobado que el riesgo de estatosis y la alteración del FLI aumentaban con el peso, y es que todas las personas con obesidad grado 2 o superior presentaban un FLI alterado y hallazgos ecográficos de esteatosis, misma situación que experimentaban el 89 por ciento de las personas con obesidad grado 1, y la mitad de las personas con sobrepeso. Frente a ellos, el 5 por ciento de las personas con normopeso mostraron un FLI alterado y una ecografía compatible con esteatosis.
Un 27 por ciento de las personas con sobrepeso también han visto alterado su índice LAP, proporción que asciende al 56 por ciento en el caso de la obesidad grado 1, al 73 por ciento en la obesidad grado 2 y al 63 por ciento en la obesidad grado 3.
Esta patología hepática cursa inicialmente sin síntomas y se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa en el hígado, sin que exista consumo elevado de alcohol. Puede evolucionar a fibrosis, cirrosis e incluso cáncer hepático, y está fuertemente relacionada con factores de riesgo como la obesidad, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico, afectando al 25 por ciento de la población española.