En la Reunión de Política Financiera, celebrada el 8 y 9 de noviembre pasado, la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa Costa; la vicepresidenta, Stepanka Novy Kafka, y los consejeros Alberto Naudon Dell’Oro, Luis Felipe Céspedes Cifuentes y Claudio Soto Gamboa, votaron a favor de mantener el Requerimiento de Capital Contracíclico en un nivel de 0,5% de los activos ponderados por riesgo.
De acuerdo a la minuta de tal reunión, publicada este miércoles por el ente emisor, todos los miembros del Consejo consideraron que la opción de mantener el requerimiento de capital contracíclico (RCC) en 0,5% de los activos ponderados por riesgo (APR) era la única opción pertinente para esta oportunidad. Esto era coherente con las condiciones macrofinancieras y el escenario de riesgos descritos en el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del segundo semestre.
El Consejo estimó que el escenario de riesgos era similar al del Informe previo. En ese sentido, el entorno internacional era la principal fuente de riesgo para la estabilidad financiera local, aun cuando la importancia relativa de algunos factores mostraba ciertos cambios. A nivel local, se consideraba que las condiciones de riesgo se mantenían similares a la RPF anterior. Se mencionó que, si bien algunos sectores mostraban rezagos, se observaba que, en general, los distintos actores se encontraban en un buen pie para enfrentar shocks.
El Consejo manifestó que la evolución del crédito a nivel local estaba asociada principalmente a factores de demanda, con una oferta que seguía manejando el riesgo de crédito. No se descartaba que un mercado de capitales menos profundo, con un nivel de activos financieros más bajo y una economía con menores niveles de ahorro, estuviese afectando la disponibilidad de recursos para los distintos perfiles de inversión que puedan existir en la economía.
Los consejeros destacaron que, de acuerdo con los ejercicios de tensión, la banca local contaba con niveles adecuados de liquidez, provisiones, garantías y capital suficiente para mantenerse solvente frente a eventos adversos. Además, se habían construido colchones de capital adicionales que reforzaban la capacidad de amortiguación de shocks. Con todo, la banca debía continuar gestionando el aumento del riesgo de crédito de la cartera y la plena convergencia a Basilea III.
Asimismo, se resaltó que era importante mantener el RCC en su actual nivel, valorando el carácter precautorio de esta herramienta macroprudencial orientada a fortalecer la resiliencia del sistema bancario. Se mencionó, además, que las condiciones macrofinancieras no eran las adecuadas para evaluar un incremento del nivel actual. Un consejero añadió que era importante considerar el contexto en que la banca estaba aún abordando requerimientos de capital adicionales relacionados con la implementación total de Basilea III. Finalmente, se planteó que el RCC en 0,5% de los APR era el nivel apropiado dada la evaluación de los riesgos y el escenario macrofinanciero previsto.