Ya está en plena aplicación la primera parte de la Reforma Tributaria del actual gobierno, cumpliendo en parte la promesa del plan de gobierno en materia impositiva.
Ahora falta la segunda parte que, según ha trascendido, estará vinculada a la Ley sobre Impuestos a la Renta, surgiendo la duda de cuál será el talante de este futuro proyecto.
Recordemos que durante el año 2023, el ministro de Hacienda desarrolló los Diálogos para un Pacto Tributario buscando ideas, consensuando criterios y recogiendo antecedentes y, por qué no decirlo, respaldo para poder lograr mayores ingresos para el Estado, con el fin de dar respuestas a las necesidades sociales apremiantes que desde muchos años se han estado demandado. Este ejercicio partió con la idea y la insistencia que el objetivo de cualquier reforma debería ser el incremento de la carga tributaria, pero con alguna reticencia la autoridad cambió el discurso reconociendo, a medias en mi opinión, que lo más eficiente es lograr el crecimiento de la economía, permitiendo el bienestar de la población y, por este incremento, una mayor recaudación. Es por esto que la ley sobre Cumplimiento Tributario espera, optimistamente, recaudar más de 4 mil millones de dólares en cuatro años, y 1,2 mil millones de dólares en el primer año de aplicación. Estos recursos serían obtenidos a través de la eficiencia en la utilización del gasto fiscal, mejoras en la acción fiscalizadora y corrección de disposiciones que permitían el abuso por parte de algunos contribuyentes.
Sin embargo, gracias al estilo de fiscalización del nuevo Director Nacional del Servicio de Impuestos Internos, don Javier Etcheverry, comenzó una más agresiva acción fiscalizadora, más fiscalización en terreno y perseguir a los delincuentes tributarios a través de querellas por delitos tributarios. Esto último ha sido lo más llamativo, pues se ha informado que a la fecha se han realizado 19 nuevas querellas y que en conjunto permitirían recaudar la no despreciable suma ascendente a $ 5.774.624.339.
Esto me permite afirmar que la eficiencia en la fiscalización es una herramienta eficiente para incrementar la recaudación, sin aumentar la carga tributaria de los contribuyentes.
Pero, lamentablemente aún siguen voces señalando que la solución a los problemas de nuestro país es el aumento de la recaudación. Es así que el secretario general del Frente Amplio, don Andrés Couble, señaló que “se requiere un Estado con recursos suficientes para hacer frente a las urgencias ciudadanas y, para ello, uno de los puntos clave es el aumento de la recaudación tributaria”.
Esta opinión contraviene la evidencia empírica y toda la discusión que se ha realizado hasta el momento, criterios que son trasversales.
Es así como el ex ministro, y miembro del partido Socialista, don Manuel Marfán, ha señalado que “a la larga subir los impuestos a las empresas es un pésimo negocio, es lo que más afecta al crecimiento”.
En un estudio presentado por la “comisión Marfán” se indicó que 1% de incremento en el PIB genera 880 millones de dólares, por lo tanto, logrando el modesto crecimiento de 2,5% que el gobierno ha señalado lograr en los próximos años, es posible, sin reforma tributaria y manteniendo la economía nacional con el mismo escenario legal, lograr en 4 años 3.5 mil millones de dólares, es decir, con lo que hoy tenemos obtendríamos el 88% de la meta que el ministro de Hacienda espera lograr con su proyecto de cumplimiento tributario.
En la misma línea, la Country Manager de EY Chile, Macarena Navarrete, ha señalado que “No hay mejor reforma tributaria que el crecimiento”.
Esto me permite afirmar que, con crecimiento económico, podemos lograr dos cosas: un aumento en la economía que permitirá directa o indirectamente mayor bienestar a la población, y una mayor recaudación fiscal que permitirá al Estado corregir las distorsiones y errores que la economía libre puede generar.
Pese a lo palmario que lo antes señalado, aún existan opiniones que vociferan criterios fracasados que, aunque suenan muy bien, no cuentan con evidencia empírica que garantice su éxito.
Es por ese motivo que estamos atentos a ver cómo será la segunda parte de la reforma tributaria de este gobierno, para evaluar sus probabilidades de éxito, la inspiración y sustento técnico que tenga.
Prof. Germán R. Pinto Perry
Director Programas de Especialización Tributaria
Centro de Investigación y Estudios NRC
Universidad de Santiago