El 4 de noviembre, el Banco Central de Chile informó que el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de septiembre de 2024 no presentó crecimiento interanual y, en términos desestacionalizados, cayó un 0.8% respecto al mes anterior. Este resultado confirma la tendencia de estancamiento en la actividad económica, reflejando una economía que lleva décadas con un crecimiento estructuralmente bajo. La dinámica de crecimiento lento y moderado en Chile se ha vuelto una constante, evidenciando los desafíos estructurales para aumentar la capacidad productiva del país y encontrar nuevas fuentes de crecimiento.
El resultado del Imacec de septiembre refleja el impacto negativo de factores estacionales, como el feriado largo de Fiestas Patrias, que afectó especialmente a la producción de bienes, particularmente en los sectores minero y manufacturero. Aunque los sectores de comercio y servicios presentaron cierta expansión, esta fue insuficiente para contrarestar las caídas en producción. Estos factores eran en cierta medida esperados por los principales analistas económicos. Sin embargo, lo que sorprende —y sin duda decepciona— es que la caída en la producción fue considerablemente más profunda de lo anticipado, mientras que la expansión del comercio (de bienes y servicios) no alcanzó el dinamismo previsto. Así, el crecimiento nulo en el Imacec de septiembre se sitúa incluso por debajo de las proyecciones más pesimistas: los analistas esperaban una expansión de entre 0.8% y 1.2%, apoyada en un posible impulso del consumo en los sectores de comercio y servicios. El resultado, sin embargo, contrasta notablemente con estas expectativas.
La producción de bienes experimentó una contracción significativa en septiembre, con una disminución interanual de 2.3% y de 1.6% en términos desestacionalizados. Esta caída se explica en gran medida por la reducción de días laborales debido al feriado largo, afectando principalmente a sectores industriales y extractivos.
En contraste, el PIB no minero mostró una contracción menos severa, con un crecimiento de 0.3% interanual, lo cual indica cierto dinamismo en sectores como comercio y servicios. En términos desestacionalizados, el Imacec no minero disminuyó un 0.5% respecto al mes anterior, lo cual sugiere que estos sectores fueron menos afectados que los extractivos.
En resumen, el Imacec de septiembre de 2024 pone de manifiesto tanto la vulnerabilidad de la economía chilena frente a factores estacionales como la dificultad de alcanzar un crecimiento sostenido, a pesar de ciertos avances en el consumo interno.
El crecimiento en el consumo interno y la estabilidad en sectores como comercio y servicios lograron compensar en parte la caída en la producción de bienes, pero no lo suficiente para lograr un crecimiento positivo del Imacec. Como resultado, el índice general se mantuvo estancado. En términos desestacionalizados, el Imacec general mostró una contracción de 0.8% respecto al mes anterior, reflejando que el impulso del consumo no fue suficiente para contrarrestar el impacto del feriado largo y las limitaciones productivas.
Este estancamiento en el Imacec de septiembre plantea desafíos importantes para las proyecciones de crecimiento anual. A medida que se aproxima el cierre del año, los resultados de septiembre podrían llevar a los analistas a revisar a la baja sus estimaciones para el PIB de 2024, dado que la actividad económica muestra una recuperación más débil de lo anticipado en meses previos. Según las proyecciones actuales, la economía debería mostrar una mejora en el cuarto trimestre para alcanzar las expectativas de crecimiento anual.
Conclusión y perspectivas
En el corto plazo, el estancamiento del Imacec en septiembre aumenta la presión sobre las expectativas de crecimiento para 2024. En declaraciones recientes, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, reconoció que la meta de crecimiento proyectada para este año, de 2.6%, no se cumplirá, lo que confirma que el débil desempeño económico acumulado ha afectado las perspectivas anuales. En este contexto, la actividad económica enfrenta condiciones más adversas de lo previsto, complicando la recuperación en el último trimestre del año. A raíz de las últimas cifras del Imacec, parece consolidarse un consenso en que el crecimiento para 2024 estará más cercano al piso de las proyecciones, entre 2.0% y 2.25%.
Las cifras recientes también evidencian que, aunque la economía chilena podría experimentar un crecimiento positivo a futuro, este se está estancando en niveles bajos. Más allá de factores coyunturales como los feriados y la desaceleración post-Fiestas Patrias, el desafío de alcanzar un crecimiento más robusto responde a cuestiones estructurales que requieren atención y acciones a mediano y largo plazo. El diagnóstico al respecto parece claro; sin embargo, las soluciones son menos evidentes y, lamentablemente, más difíciles de consensuar.
Rodrigo Caputo
Académico Magíster economía financiera
Facultad de Administración y Economía
Economista