Mirada política y económica a partir del 2000

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Felix Pilay



Ecuador, sin duda en los últimos años ha experimentado una especie de montaña rusa política que ha dejado huellas profundas en su estructura democrática y en la estabilidad institucional. En los últimos 24 años, ha transitado momentos de baratillos mercantiles de promesas y esperanzas a continuos episodios de profunda crisis y agitación política. Mediante un análisis objetivo se busca explorar los principales eventos y factores que han contribuido al actual estado de cosas en que se debate la nación ecuatoriana.


Desde inicio del milenio éste no fue benevolente con Ecuador. Para este tiempo el país enfrentó una severa crisis económica y política que llevó a un callejón sin salida y esta fue la dolarización forzosa de su economía y tuvo lugar bajo la presidencia de Jamil Mahuad. Este sin duda fue un período de absoluta inestabilidad económica que se vio altamente exacerbada por una agitación social y política, expresada en movilizaciones multitudinarias en las calles, que culminó con la destitución del presidente Mahuad en enero de 2000, el ascenso efímero de un triunvirato civil y militar y finalmente asumió el poder su ex vicepresidente Gustavo Noboa hasta 2002.


A partir de los eventos que llevaron a la dimisión del presidente Mahuad, emerge la figura política del militar Lucio Gutiérrez quien el proceso electoral de 2003 resultó electo, su gobierno experimentó un breve periodo de una relativa estabilidad, caracterizado por implementación de políticas populistas y una frágil alianza con movimientos indígenas. Sin embargo, su gobierno pronto se vio envuelto en acusaciones de corrupción, autoritarismo y entreguismo al gobierno norteamericano, lo que llevó a su destitución mediante gigantescas protestas populares en 2005 y termina el periodo su vicepresidente Alfredo Palacio.


El panorama en Ecuador era incierto, la caída de dos gobiernos producto de las movilizaciones sociales, la presencia de los trabajadores, indígenas y del conjunto de los sectores sociales crearon en escenario favorable para un gobierno con tendencia política de izquierda pueda asumir el poder político, en este camino aparece la figura de Rafael Correa, un ecuatoriano desconocido, recién llegado al país, ministro fugaz de Economía en el gobierno de Alfredo Palacios, alguien sin ninguna credencial de izquierda, pero quien hábilmente incorpora en su discurso, ideas revolucionarias y discursos anti- establishment, adopta el vacío concepto del socialismo del siglo XXI y con ello marea a los sectores progresistas, con quienes gana las elecciones presidenciales, se posesiona para el periodo 2007 y permanece en el poder hasta 2017.


Algunos analistas se confrontan y, consideran que el periodo correísta trajo consigo un cambio radical en la política ecuatoriana, se asegura que implementó reformas significativas y consolidó su poder a través de la aprobación de una nueva constitución hecha a su medida en 2008. Durante su gobierno, Ecuador experimentó un período de crecimiento económico impulsado por la construcción de obras públicas, con abundantes recursos provenientes de los altos precios del petróleo y de financiamiento internacional de préstamos y empréstitos, pero también se vio envuelto en acusaciones de corrupción, sobreprecios en la obra pública, autoritarismo, persecución desmedida da sus adversarios políticos, control mediático y otros.


Terminado su periodo Correa, abandona el País y se establece en Bélgica, para continuar con su legado, postula a Lenín Moreno en binomio con Jorge Glas, ambos habían sido sus vicepresidentes, y promocionado por él y sus seguidores como su continuador, Ganan las elecciones en 2017, pero posteriormente, para eludir responsabilidades, toma distancia del correato. Su rompimiento fue continuado por períodos de agitación política y crisis económica. Su gobierno aupado por la “izquierda correista”, será recordado por el establecimiento de medidas antipopulares, fondomonetarista, de austeridad y aumento del costo de vida que marcaron la insatisfacción popular.


Frente a las insatisfacciones del periodo izquierdista correista y pos correista con Lenin Moreno, el ciudadano ecuatoriano, empezó a mirar como una alternativa a un gobierno abiertamente de la derecha política liberal y, observan en la figura de Guillermo Lasso, un próspero empresario de la banca como la posible salida a los álgidos problemas económicos y políticos que atraviesa el Ecuador. Desde entonces se empieza a tejer una dicotomía entre Coreístas y Anticorreistas lo que dio como resultado el volcamiento electoral y el triunfo de Guillermo Lasso en 2021.


La presidencia de Guillermo Lasso en la conducción del gobierno demostró incapacidad, demasiadas improvisaciones, escasez de visión política y económica. Su agenda estuvo centrada en políticas económicas liberales y la promoción de la inversión privada y de preferencia medidas de austeridad fiscal, la búsqueda de acuerdos comerciales internacionales y reformas para fomentar un ambiente más favorable para los negocios. Su gobierno buscó de manera infructífera reducir el déficit fiscal a través de recortes en el gasto público.


Las medidas de austeridad implementadas por Lasso, generaron protestas sociales, especialmente de sectores vulnerables afectados por los ajustes presupuestarios. Lo que lo llevó a desistir de su gobierno y establecer la muerte cruzada y disolver la Asamblea Nacional (Congreso) y convocar una nueva elección para terminar el periodo para el que fuera electo. Tiene lugar las nuevas elecciones en 2023, y resulta electo, otro empresario, un joven de 35 años, hijo de hombre más poderoso económicamente del Ecuador.


Daniel Noboa emergió como una figura política fresca con una plataforma basada en la derecha política, el nacionalismo económico. Su ascenso al poder estuvo enmarcado en ofrecimientos que luego como gobernante los abandonó, marcó un giro hacia políticas que priorizan el pago de la deuda externa y entrega incondicional a los grupos de poder, ha promovido la nacionalización de sectores estratégicos, promoción de políticas impositivas a favor de poderosos grupos empresariales, incrementó el IVA del 12 al 15% y acabó con los subsidios a los combustibles que tenían 50 años de historia. Decisiones políticas que hoy amenazan su reelección.


Lo interesante es que los ecuatorianos ya han probado los sin sabores de la política de izquierda o seudo izquierda y también de la derecha. La pregunta es, ¿qué viene después? Hoy Ecuador está al frente de un nuevo proceso electoral que tendrá lugar en febrero de 2025, se espera una madures política en los ciudadanos, que esta vez no elijan a los candidatos que promueven los propietarios de los partidos políticos, sino por un candidato que sea impulsado por la ciudadanía.

Félix S. Pilay Toala


Profesor Universitario

Analista económico y político

Doctor, Economista, Magister en Administración Pública.

Presidente, RED ICALC, (Red de Investigadores Científicos de América Latina y el Caribe)

Pilayfelix071@gmail.com 


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