Una reforma tributaria procrecimiento

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El Ministerio de Hacienda continúa con la socialización de sus ideas para incluir en la próxima reforma tributaria el aumento de la carga tributaria para personas naturales cuyos ingresos mensuales superen los 3,2 millones de pesos, afectando a 431.250 personas que permitirá aumentar la recaudación fiscal en una cifra equivalente el 1,1% del PIB, más o menos 3.300 millones de dólares, cifra que, considero, es muy optimista.


Esta idea ya estaba en la reforma que fue rechazada en marzo del año pasado, pero ahora se incorporan más personas, que, según criterio de la autoridad económica, son “contribuyentes de mayores ingresos”.


Esta propuesta e insistencia demuestra que el ministerio aún está impregnado de sus ideas doctrinarias que afirman que la solución de los problemas sociales se logra con más recaudación la cual se obtiene por medio de aumentos en las tasas impositivas, en vez de conseguir mayores recursos fiscales a través del crecimiento del país que se calcula sobre la base de las utilidades de los agentes económicos y de las cuales se obtiene mayor recaudación.


No existe evidencia empírica que permita sustentar la eficiencia de la política propuesta, como sí la hay de la alternativa que confía en el crecimiento económico. Además de lo anterior, resulta evidente que genera más beneficio social que exista mayor riqueza en los contribuyentes, en vez que sea el Estado quien vea incrementada sus arcas fiscales.


Lo que necesitamos hoy en día es una reforma tributaria que tenga medidas pro crecimiento que sean potentes y que apoye al tímido incremento en nuestra actividad económica que se ha medido en la semana pasada, pues el aumento en la confianza empresarial basado en el incremento en la actividad comercial que nos sorprendió con el 2,9% que nadie esperaba, no permite suponer que ya hemos superado los problemas económicos que desde el año 2009 se han evidenciado. Es así que proponer medidas recaudatorias basadas en estos tímidos “brotes verdes” es algo ilusorio.


La reforma tributaria que necesitamos debe estar concentrada en implantar medidas pujantes que estimulen la creación de nuevos negocios y que solucionen el problema de informalidad que tenemos hoy en día. Sobre este último punto, quiero enfatizar que la política acertada no es “combatir” la informalidad, sino establecer medidas que estimulen a los actuales emprendedores informales a formalizar sus negocios, pues ellos no son delincuentes que sea necesario perseguir, sino, en muchas ocasiones, bien intencionadas personas que optan por la informalidad dado lo engorroso que resulta el inicio de actividades y lo costoso que esto puede representar. Es por lo anterior que medidas como sistemas simplificados de tributación, tasas diferenciadas de acuerdo con el tamaño de la empresa, métodos expeditos de trámites ante el SII son las medidas acertadas en esta materia.


Espero que tanta discusión y reuniones permitan un debate abierto y no unidireccional como ha sido el llevado hasta el momento, que facilite la elección de estrategias eficientes que logren la solución de las necesidades sociales y no tengan como objetivo solo el incremento de la recaudación, pues esa meta no garantiza en lo más mínimo el bienestar que estamos esperando lograr.


Prof. Germán R. Pinto Perry

Director Programas de Especialización Tributaria

Centro de Investigación y Estudios Tributarios NRC

Universidad de Santiago

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