​David y Goliat, la historia se repite en el mar Negro?

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Leonardo Quijarro Santibau0301nu0303ez

La biblia, en pasajes del viejo testamento, nos relata la historia de cómo un joven israelí, David, inexperto en las artes militares, fue capaz de derrotar a un guerrero perteneciente al ejército de los filisteos, Goliat, ganando de esta forma el conflicto que mantenían las partes.


Desde el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, el mar Negro fue foco de interés por parte de los beligerantes considerando era la ruta de salida de los granos que produce Ucrania por lo que su control constituía una forma de asfixiar, desde la perspectiva económica, a los ucranianos y, de esta forma, lograr apurar un desenlace favorable para los objetivos rusos.


Parte de esta estrategia fue la rápida eliminación de unidades mayores de la Armada de Ucrania al comienzo del conflicto, siendo las más publicitadas la ocupación de la “Isla de las Serpientes” por unidades rusas el 24 de febrero de 2022 y el auto hundimiento, por parte de su dotación, del buque insignia de la Armada de Ucrania, el 6 de marzo de 2022, la fragata “Hetman Sahaidachny”, evitando de esta forma su captura por fuerzas rusas.


Con estas dos acciones, Rusia obtuvo el control del mar en el mar Negro, pudiendo administrar el tráfico marítimo hacia y desde el puerto de Odessa, nodo de salida de los granos ucranianos al mundo. Desde la perspectiva militar, logró una cómoda posición para atacar el sector sur del territorio de Ucrania con misiles de diferentes tipos lanzados desde buques y submarinos, y, finalmente, generar la amenaza constante de una operación anfibia sobre las costas del sur de Ucrania, complicando de esta forma a las fuerzas terrestres ucranianas con un nuevo frente de combate sobre el cual preocuparse.

Lo relatado en las líneas anteriores daban cuenta de la sólida posición con la que contaba Rusia al inicio del conflicto, con importantes medios basados en la base naval de Sebastopol, en territorio de Crimea.


Sin embargo, y en similar desarrollo del pasaje bíblico mencionado, la marina de Ucrania inició operaciones ingeniosas, empleando medios tecnológicos combinados con medios tradicionales, los que han ido dando frutos con nuevas tácticas para la guerra en el mar, y de esta forma, dar un vuelco en estos espacios.


La primera acción de relevancia fue el hundimiento, el 13 de abril de 2022, del buque insignia de la flota rusa en el mar Negro, el crucero “Moscú” (Moskva), tras el impacto directo de dos misiles de desarrollo autóctono “Neptune”, pero apoyados por vehículos no tripulados tipo Bayraktar TB II, que cumplieron tareas de distracción de los sistemas de defensa del buque ruso.


Posteriormente, Ucrania continuó el desarrollo de medios no tripulados, en esta oportunidad, de superficie marítimo, atacando unidades navales rusas en la base naval de Sebastopol y el puente de Kerch, que une la península de Crimea con territorio ruso.


Un ataque de este tipo, el 29 de octubre de 2023, daño al nuevo buque insignia ruso de la flota del mar Negro, la fragata “Almirante Makarov”. La presión ejercida por estos ataques obligó finalmente a que la flota rusa moviese su buque insignia, más otra fragata, buques de desembarco anfibio y submarinos desde Sebastopol a la base naval de Novorossiysk, ubicada en territorio ruso, en la franja oriental del mar Negro.


El día de ayer, en una nueva demostración de inventiva e iniciativa, un enjambre de tres drones marítimos (USV) hundió a la corbeta clase Tarantul II “Ivanovets”, con lo que ha confirmado la capacidad de Ucrania de ya no solo amenazar el poderío marítimo ruso en el mar Negro, sino que neutralizarlo y obligarlo a retirarse, consolidando el vuelco en la disputa por el control de este espacio marítimo.


Esta posición ha permitido que los granos ucranianos puedan salir de los puertos de Odessa y alrededores, apoyados por esta capacidad que ha dado a Ucrania una estatura para gestionar, en la mesa de negociaciones, el tránsito de sus productos hacia otros mercados por el mar Negro.


La capacidad que ha tenido Ucrania de desarrollar medios y tácticas, junto al equipamiento aportado por naciones de occidente, sumado a la capacidad creativa y de desarrollo de su industria, son un interesante ejemplo a analizar de cómo la capacidad innovadora le ha permitido plantarse frente a un gigante y, hasta el momento, lograr beneficios en apoyo a su economía y el esfuerzo de la guerra.


Leonardo Quijarro Santibáñez

Profesor Residente Sostenimiento y Planificación en Academia de Guerra Naval

Contraalmirante en retiro. Es Licenciado en Ciencias Navales y Marítimas. Ingeniero Naval Electrónico, Academia Politécnica Naval. Magister en Ciencias Navales y Marítimas, Academia de Guerra Naval. Diplomado en Ingeniería Industrial con mención en Gestión de Empresas, Universidad de Concepción. Diplomado en Asuntos Antárticos, Universidad de Magallanes. Diplomado en Alta Dirección, Academia de Guerra Naval. Profesor Militar de Academia en la especialidad de Operaciones Navales.

europapress