Sr. Director,
El alto costo de los créditos hipotecarios, con tasas de interés en máximos históricos; el endurecimiento de los requisitos para acceder a financiamiento -la renta mínima exigida subió cerca de un 10% en el último año- el alza en el precio de los inmuebles y la escasa capacidad de ahorro, fueron una de las principales razones por las cuales las personas desistieron comprar una propiedad, durante el 2023. Lo anterior, se suma a la casi nula variación en los ingresos. Sin embargo, la mala racha que ha atravesado el mercado inmobiliario, desde el 2019, pareciera que por fin este año comenzará a moderarse y se verán los primeros brotes de recuperación, impulsados por una inflación cada vez más controlada. Pero la inflación no lo es todo y hay otros factores a considerar para asegurarnos de que la industria vuelva a despegar, como la normalización de la economía internacional, el aumento de la inversión, nuevas iniciativas públicas que fortalezcan el sector y el alza en los salarios reales. Con una inflación cada vez más cercana a la meta del 3%, la tasa de interés tendería a descender, lo cual mejoraría la economía familiar y se fomentaría el ahorro. De esta manera, la ahogada demanda por viviendas, comenzaría a descongestionarse, imprimiéndole mayor dinamismo al sector.
Sergio Barros, Director Ejecutivo de Enlace Inmobiliario