Crisis de seguridad: queremos un Chile con alma, vida y corazón

|

Nicolau0301s Ward2


La crisis de seguridad ciudadana que actualmente se vive en Chile, hoy llega a niveles preocupantes. Son de una gravedad aterradora. La Moneda no ha dado señales claras de cómo combatir la delincuencia y, mientras tanto, la tipificación e importación de los delitos, sumados a los que ya existían en nuestro país, están transformando a nuestra nación en tierra de nadie y en donde el individualismo, cada día se torna como eje central del actuar común ciudadano.


Martin Luther King, quien fue ministro y activista bautista estadounidense y quien, además, se convirtió en el vocero y líder más visible del movimiento de derechos civiles desde 1955 hasta su asesinato en 1968, decía: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”.


Una frase contundente y que da cuenta de que Chile, como marca territorio, cada día se aleja más de los cánones de un país en vías de desarrollo. Estamos lejos de dar pasos de gigante y, por estos días, solo prima el egoísmo, la falta de honestidad y nos encontramos en ausencia de empatía, compromiso, competencia y transparencia para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana.


Hoy mueren niños pequeños en manos de bandas criminales y todavía no vemos acciones contundentes por parte de quien tiene la obligación de garantizar la seguridad pública. ¿Qué estamos esperando? ¿Más peleas estériles por quien alza más fuerte la voz? ¿No será mejor “colaborar con el enemigo (una teoría magnífica para buscar puntos en común)” y hacer un gran pacto de unión y cohesión social?


Cuando la delincuencia toma las riendas de un país, todo se cae por la borda: la sana convivencia, la economía, el progreso, las alianzas en pro del bien común y, como contrapartida, se instala la corrupción y la maldad. Sí, esos conceptos que se aprecian en algunas películas de ficción, pero que, cada día, se fortalecen y se hacen protagonistas en la vida real.


Se acerca el plebiscito de salida de una nueva Constitución y me preocupan las fisuras que puedan quedar cualquiera sea el resultado. ¿Queremos seguir profundizando la violencia y la falta de entendimiento? ¿Vamos a promover más movilizaciones fuera del imperio de la ley o contribuiremos a promover la paz y los avances conjuntos?

Escribo este texto en memoria de los niños y niñas que, en los últimos años, han muerto a causa de la delincuencia y en manos del silencio de los buenos. De quienes se espera un actuar con criterio de justicia y con rigor para enfrentar a todos aquellos que son una piedra de tope para avanzar hacia un Chile donde prime el alma, la vida y el corazón.

--

Nicolás Ward Edwards

Periodista

Máster en Dirección de Comunicación Corporativa

Dip. Redes Sociales y Marketing digital


europapress