Preocupante Cuenta Pública

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Germau0301n Pinto


Diversas impresiones hubo por la Cuenta Pública que el presidente realizó el jueves pasado, señalando los logros, promesas y proyecciones que derivan de su primer año y medio de gobierno. Hubo impresiones variadas desde coherencia, insatisfacción y hasta de “liderazgo espiritual”. En mi caso particular, me generó una gran preocupación por el talente que se ha demostrado para manejar el tema tributario, el cual se ha caracterizado por fundamentar la reforma tributaria mirando el gasto del incremento en los recursos fiscales que se obtendrían de llegar a implementar, más que los efectos que una mayor recaudación generaría en la economía o, lo cual sería mi ideal de política fiscal, dialogar sobre las soluciones que es posible aplicar para las necesidades sociales que han sido demandadas vehementemente por la población en los últimos años.


Como ya he señalado, en los Diálogos por un Pacto Fiscal que se realizaron en abril, se concentró la discusión en qué se debería gastar la mayor recaudación, siendo esto un fundamento para aprobar la futura reforma tributaria, énfasis que yo manifesté que era totalmente errado. Sin embargo, el presidente insistió en esa estrategia y concentró su dilatado discurso en señalar una larga lista de necesidades que es imperioso solucionar, incluyendo ahora la condonación del CAE y el pago de la deuda histórica con los profesores de nuestro país.


El último añadido me preocupa porque el presidente, desde su campaña, promete cosas que son difíciles de lograr debido a las herramientas que presenta para alcanzar sus metas, las cuales adolecen de efectividad y eficiencia. Es así como ha promedito muchas dádivas que piensa otorgar a través de incrementar los recursos fiscales. Lo lapidario de lo anterior, es que ni sus propios asesores logran cuadrar sus proyecciones con la recaudación más optimista que se anuncia.


Se ha calculado en 8 mil millones de dólares la deuda histórica a los profesores y en 10 mil millones la condonación del CAE, es decir, estas dos nuevas promesas juntan una tenebrosa suma de 19 mil millones que absorbe el presupuesto estimado para todas las otras promesas ya realizadas, superando con creces cualquier potencial incremento en la recaudación.


Todo lo anterior resulta más peligroso con el anuncio de que prontamente se insistirá en el Senado con el proyecto de ley rechazado en la Cámara de Diputados y Diputadas, es decir, una total disociación con la realidad y evidenciando una porfía doctrinaria innecesaria por lo perjudicial que puede ser para nuestro país.


Solo se argumenta que se realizará un dialogo en donde se ventilarán como argumentos y fundamentos, las ingentes necesidades sociales, lo cual termina por ser una extorsión como señaló el senador Luciano Cruz-Coke.


Lo complicado de todo esto, es que la CPC ha cambiado su actitud y ahora, el talante del nuevo presidente de esa organización gremial es distinto al de su antecesor, pues ya señaló que no les gusta que se solucionen los problemas con aumentos de impuestos.


Diferente sería la situación si se señalara un compromiso de parte del gobierno de ser más eficiente en el uso de los fondos que ahora tiene. Por ejemplo, ha trascendido que hay 56 mil nuevos puestos de trabajadores fiscales, lo que generaba un incremento en la planilla de remuneraciones del Estado de 2,5 mil millones de dólares al año. Luego se sinceró que eran 91 mil nuevos funcionarios que implican 4 mil millones de dólares como incremento de remuneraciones.

¿Se solucionan las necesidades sociales con esas nuevas incorporaciones? No lo sé, lo único que puede decir es que la experiencia de la gestión fiscal no ha sido de lo mejor si recordamos la diferencia del costo de comercialización de los balones de gas que implicaron un incremento en los costos, en relación con la comercialización privada, de un 409%, y de la gestión de la comisión organizadora de los Juegos Panamericanos Santiago 2023 que le costó el puesto a inicial presidenta, no pudiendo justificar 55 mil millones de pesos.


Aunque se lograra una mayor eficiencia y eficacia fiscal en la utilización de los fondos aportados por todos los contribuyentes del país y la aplicación de la reforma tributaria que fue rechazada, gravando con el royalty a la actividad minera, las utilidades no distribuidas, a los grandes patrimonios, todos los servicios, aumentando las bases de los impuestos personales y otras medidas al estilo “Robin Hood”, no se lograrían financiar las promesas de campaña y de las cuentas públicas. Es por lo anterior que resulta preocupante el manejo político que se ha hecho de la materia, generando expectativas a la población más necesitada y colocando a los contribuyentes y a los políticos de oposición contra la pared para que aprueben medidas que solo generan huida de capitales y baja en el crecimiento del país, amén del hecho que nuestra economía cada vez crece menos y el desempleo aumenta.


Sin duda que la preocupación es un sentimiento natural que surge de la reflexión de la Cuenta Pública realizada.


Prof. Germán R.Pinto Perry

Director Magíster en Planificación y Gestión Tributaria

Centro de Investigación y Estudios Tributarios NRC

Universidad de Santiago

europapress