Las dos almas del Gobierno

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Ya ha pasado más de una semana del bullido episodio que la coalición de gobierno protagonizó por el royalty forestal que comenzó como una cándida alusión del presidente, pero luego se convirtió en una verdadera bola de nieve que terminó por frenar la ministra Tohá. Si bien, tal como muchos dicen que eso ya terminó, creo que es necesario reflexionar sobre el suceso y estar atentos a los efectos y proyecciones que esto evidencia, pues es un claro ejemplo de las dos almas que viven en el Poder Ejecutivo y en los pactos políticos que lo apoyan, que pueden generar fisuras al futuro económico del país.


Como señalé, el presidente abrió la puerta al problema, no hablando de un royalty forestal, sino mencionando la necesidad evidente de contar con un nuevo marco regulatorio para este sector productivo. Estoy completamente de acuerdo con el primer mandatario, pero no en una regulación que inhiba la producción, sino en una que la estimule, respetando las nuevas normas de protección al ambiente, para un sector productivo que fue uno de los que más aportó al levantamiento de la economía del país en los años ochenta y noventa.


El presidente mencionó la necesidad de una nueva regulación, la ministra del trabajo, que fungía como vocera de gobierno subrogante, replicó la mención, pero no dio mayores antecedentes ni claridad en la materia. Posteriormente, el ministro de agricultura tuvo un discurso que figuró la idea de un royalty, a lo cual algunos alcaldes y parlamentarios se colgaron para castigar a las forestales y para exigir la justa retribución que el país debe recibir cuando las empresas tienen altos niveles de utilidades. Lo malo de aquello, es que esa palabra tiene una carga emocional que incomoda al empresariado, pues ha tenido complicado al sector minero por casi 20 años, estableciéndose el impuesto específico a la actividad minera, y a contar desde el año 2021, con una nueva insistencia de un mecanismo ad valoren sustentado en el alto precio del cobre de ese año cuando llegó a 4,5 dólares por libra de cobre.


Esa es la carga negativa que generó mucho ruido en diversos sectores que manifestaron sus reparos, haciendo hincapié en que el sector forestal no es materia de un royalty, porque no es un recurso no renovable, amén del hecho que el empresariado se sintió imputado como culpable de los incendios en el sur del país por la explotación irresponsable de los recursos naturales.


Esta alma del gobierno chocó con la otra reinante, personificada en el ministro de hacienda, quien, pese a estar haciendo uso de sus vacaciones, tuvo que influir y orientar, tal vez, a la declaración tajante de la ministra del interior, quien cerró la puerta a esta imprudente idea.


En efecto, las palabras de la ministra, que lucieron por los argumentos políticos y técnicos sobre el sinsentido de la medida, tal como lo destacaron personeros gremiales del sector forestal, terminaron con la polémica. Para muchos, esto solo fue un mal momento o un error como ya hartos ha realizado el gobierno.


Sin embargo, creo que es necesario reflexionar sobre el hecho y evidenciar la existencia de estas dos almas.


Según el analista político Max Colodro, este episodio es evidencia de la dualidad existen en el gobierno, lo que no es una aprehensión superflua sino la apreciación evidente de una realidad palmaria. Esta situación nos debe preocupar, pues es una antesala de cómo se desarrollarán los hechos futuros que requieran un debate técnico para la reforma tributaria, la de pensiones y el nuevo ejercicio constitucional que estamos ad portas de volver a vivir.


Esa dualidad de almas puede generar grietas al juego político al interior de la coalición de gobierno y pueden redundar en rémoras en la gestación de las políticas de desarrollo y crecimiento imperiosas para el país. Es por aquello que creo que la disputa no es algo inocuo que se pueda dejar pasar, sino que es menester reflexionar sobre la dinámica que se está dando y que se puede dar, como así también en sus efectos en la conducción del país.


Si bien es cierto que las dos almas buscan el bien del país, sus herramientas pueden estar sustentadas en criterios doctrinarios que la evidencia empírica ha demostrado sus falencias y los apetitos o pasiones particulares, pueden inclinar la balanza hacia un lado errado que redundará en inestabilidad y falta de crecimiento para nuestro país.


Es por aquello que considero que lo vivido hace unas semanas, no es tema pasado, sino síntoma evidente de la discusión al interior de la coalición gobernante que puede generar complicaciones en la gestación de las reformas y políticas públicas necesarias para todos nosotros.


Prof. Germán R.Pinto Perry

Director Magíster en Planificación y Gestión Tributaria

Centro de Investigación y Estudios Tributarios NRC

Universidad de Santiago

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