IPC

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Javier Fuenzalida


¿Qué nos pasó?

La inflación en Chile es más que centenaria salvo en algunos pocos años en que el IPC anual creció en 10 % o menos.

La cultura o el dominio de la economía, particularmente la inflación, no fue el fuerte hasta la segunda mitad del siglo pasado. Primaban hipótesis sin evidencias empíricas.

Por ejemplo, El Mercurio en sus editoriales de los años 50 al 70 sostenía que las leyes de reajuste salarial se traducían en un espiral salario/precios. Por su parte, la Cepal señalaba que la causa era la insuficiente producción agraria. Un ministro de Hacienda pensaba que había que crear más dinero (papelito Zañartu en 1941), otros, del sector público y privado, sostenían que las emisiones del Banco Centrar destinadas a fomentar la producción no tendrían impacto en los precios por cuanto la oferta de bienes crecería con los créditos de fomento. (real bill doctrine).

El Directorio del Banco Central estaba formado por ministros como el de hacienda, representantes de los gremios empresariales y sindicales, ninguno con los conocimientos económicos elementales. Sabían más de football que de finanzas. También se dio el caso que el ministro de hacienda además formaba parte del consejo del Banco Central lo que le permitía cubrir el déficit fiscal con nuevos billetes.

Afortunadamente en 1980 se modificó la ley orgánica del Banco Central, estableciéndose su autonomía y su objetivo la estabilidad del nivel de precios. Con anterioridad, la ley orgánica de 1960 le imponía objetivos múltiples además de la estabilidad de precios, manejar el tipo de cambio, la deuda pública, empleo, crecimiento económico, comercio exterior… Todo ellos mediante la expansión o contracción, según fuera el caso, del dinero circulante. Imposible de alcanzar.

La independencia y el directorio técnico en economía produjeron los resultados que se pretendía. La inflación que era del orden del 30 % anual comenzó a caer. El Banco establecía una meta de inflación entre 1 y 4 % anual, algo inédito en nuestra economía.

El país comenzó a navegar en un mar económico tranquilo, porque las metas de reducir la inflación desde 1990 se estaban cumpliendo, salvo uno que otro año se disparó. Este año, por primera vez desde 1990, la inflación superará el 10 %.

De ahí que, frente al alocado IPC de este año, nos preguntamos ¿Qué pasó?

Los datos sobre emisión de dinero, índices macroeconómicos, ocupación, tasas de interés, tipo de cambio, nos dan la respuesta.

Nuestro desprestigiado Congreso Nacional no encontró nada mejor que aprobar el retiro hasta el 10 % de los ahorros personales en las AFP en Julio del 2021, a lo que siguió otro en diciembre de ese año y abril del 2022. En total sumaron cerca de US $ 40.000 millones. Hasta hace poco se pretendió aprobar otra ley para retirar otro 10 % de los fondos previsionales individuales.

Cuando se examinan los debidos indicadores macroeconómicos se puede constatar que los primeros tres retiros no se tradujeron en una avalancha de compras. Por lo menos los indicadores como el imacec, de ventas del comercio y el mismo IPC. Esos retiros permitieron a muchas personas ponerse al día con sus deudas, otros los invirtieron en depósitos de ahorro, fondos mutuos y otras modalidades ante el temor de que la izquierda consiguiera “estatizar” las cuentas individuales en las AFP. Un temor no sin fundamentos porque en Argentina el estado se apoderó de los fondos de pensiones y porque un grotesco fanático, junto a sus seguidores iniciaron una campaña “No + AFP. Tuvo eco entre parlamentarios y se comenzó a proponer un nuevo retiro imaginando que no serían inflacionarios como fueron los del año anterior.

Se pensó que, con ello, quienes realizaran esos retiros saldrían a comprar de todo, autos, electrodomésticos, turismo al Caribe y Miami y pagar deudas. Tampoco se observó un estallido monetario. Los dineros fueron invertidos en instrumentos de ahorro como depósitos de ahorro, fondos mutuos, ahorro para vivienda.

Para sorpresa de los papeleros del congreso, solo ahora se está notando el impacto inflacionario de esos retiros.

Cuando la economía está estabilizada, un aumento del PIB del orden de 2 % anual, con una desocupación entre el 6 y 7 %, dólar estabilizado hasta el mes pasado, tasas de interés un poco mas altas, no había nada que temer.

Si bien el gobierno de Piñera fue calificado como mediocre según las encuestas, ese mal manejo ha contagiado a Boric. Apenas transcurrido un trimestre en la presidencia, el desapruebo no baja del 60 %

El ministro de hacienda no ha explicado a la opinión pública el origen de esta estampida inflacionaria porque podría ser acusado de intervenir el Banco Central.

Es comprensible esa actitud por cuanto el propio Banco ha mantenido un desafortunado silencio. De nada sirve asistir a comisiones del parlamento. Lo menos que puede exigirse es que sean públicos los análisis que tuvo a la vista el Consejo para decidir por una estrategia monetaria compatible con un desarrollo adecuado de la economía.

La única razón es que los retiros de 2020 y 2021 se invertido mayoritariamente en instrumentos de ahorro, de modo que no se produjo una estampida el gasto en consumo, algo que se ha revertido en estos meses.

Lo que debe explicar al mercado es que la política monetaria no consiste en tan solo una receta. Por ejemplo, el aumento del dinero emitido por el Banco produce sus efectos en el mercado hasta un período cercano a los 180 días. Inicialmente con ímpetu, pero los últimos efectos son decrecientes en los meses siguientes.


Javier Fuenzalida A.

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