Para hacer las cosas bien, no se necesitan atajos

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Rene Nuu00f1ez


Las campañas del apruebo y del rechazo del borrador de nueva Constitución se han desatado, las columnas en favor y en contra también, las posiciones se irán extremando especialmente por quienes son partisanos del eje derecha-izquierda. Pero existe un grupo enorme de chilenos y chilenas que necesitan una orientación racional de lo que pasó.

Aquí hubo un llamado institucional histórico a que 155 navegantes nos entreguen un texto moderno de Carta Magna, de supremacía constitucional, para que nos uniéramos y reconciliáramos, una especie de “Teletón” pero con un borrador de Constitución. Todos le llamaron “la casa de todos”.

Un año después miles de chilenos piensan en rechazarlo. ¿Cómo es posible? El 80% de los votantes quería una nueva Constitución y hoy un aproximado sobre 40% lo quiere rechazar. ¿Por qué? ¿Quién es el responsable?

La población vio en vivo la performance de los constituyentes, escándalos y muchos etc., que ya generaron una pésima imagen y que ellos mismos construyeron. Ahora tenemos el texto lleno de conceptos nuevos que nos piden que asimilemos de inmediato y hagamos un salto al vacío. ¿Por qué un constitucionalista de prestigio como Jorge Correa Sutil dice que está en riesgo la democracia? No digamos que es un hombre de trincheras o partisano.

Veamos: plurinacionalidad, autonomía territorial indígena, pluralismo jurídico, igualdad sustantiva, maritorio, Estados Regionales, Congreso Asimétrico, nula regulación de los Estado de Excepción habituales, se pretenden aprobar normas transitorias derechamente tramposas y antidemocráticas, existen normas sobre el aborto en la Constitución, sistema de justicia diferenciados, la eliminación del Poder Judicial como control al poder político, la eliminación del Senado, las peligrosas atribuciones de la Asamblea Regional, etc.

Los creativos del apruebo para reformar saben a ciencia cierta que el texto tiene problemas estructurales graves y atenta contra la razón aprobar -a sabiendas- un texto malo. Es un atentado a la inteligencia buscar razones para aprobar algo que tiene serios defectos. Para qué decir que los procesos llevan tiempo en asimilarse si hoy podemos hacer las cosas bien, ¿por qué se esfuerzan en hacer mal las cosas?

El Presidente Boric dijo: “Para hacer las cosas bien, no se necesitan atajos”. Que “Amarillos por Chile” y su alerta roja terminen. Ya no habrá cambios.

Por lo mismo, urge un pacto político a partir del 5 de septiembre de 2022 porque no todo es malo, no podemos perder esta histórica oportunidad y que, una comisión de expertos creada por todos los sectores políticos, haga el esfuerzo de hacer de este texto algo viable para que dure 30 ó 50 años más. Más que justificar la naturaleza humana de las opiniones sagradas, hagamos de este momento constitucional un deber histórico ineludible de “hacer las cosas bien”.


René Luis Núñez Ávila

Profesor de Derecho Procesal

Universidad de Chile

europapress