Cuando hablamos de Inteligencia Artificial, solemos relacionar el concepto con tecnología, automatización, innovación y nuevas tendencias. Pero en la práctica, la IA está revolucionando todo eso y mucho más. De hecho, puede cumplir un rol muy destacado en todo lo relacionado con políticas de Diversidad e Inclusión dentro de las empresas.
Imaginemos por ejemplo el caso de una compañía que abrió nuevas vacantes para trabajar en ella. En la manera tradicional, se reciben currículums de decenas de postulantes y el área de Recursos Humanos califica a quienes avanzarán a las siguientes etapas. Esa decisión –aun cuando tenga las mejores intenciones–, puede estar condicionada por sesgos como género, etnia, aspecto físico u otros. Imaginemos ahora la misma situación, pero aplicando tecnología: la IA, a diferencia de los humanos, no tiene una predisposición a guiarse por experiencias personales, opiniones o creencias a la hora de elegir. Simplemente tomará una decisión “ciega”, certera y objetiva basada en los datos y algoritmos definidos por sus creadores.
Porque de eso se trata justamente, de generar igualdad de oportunidades, corregir errores y eliminar sesgos durante la creación de los algoritmos de Inteligencia Artificial, utilizando la mayor y más variada cantidad de datos disponibles para promover la Diversidad e Inclusión desde etapas tempranas. Un ejemplo muy concreto es lo que ocurrió cuando surgieron los asistentes de voz virtuales. Al comienzo estas tecnologías eran incapaces de reconocer a los hablantes no nativos de distintos idiomas. Compañías como Apple debieron implementar modificaciones en Siri para que pudiera entender y responder diferentes acentos, entre ellos el británico, indio, irlandés, australiano, etc.
Lo mismo ocurrió en un principio con las cámaras fotográficas de los teléfonos celulares y el control de brillo, el cual depende de varios factores, entre ellos el color de la piel. Como las cámaras estaban ‘entrenadas’ para ajustar el brillo de acuerdo a una base de datos de personas mayoritariamente blancas, los tonos oscuros tenían mayores dificultades para hacerlo. Google reconoció este problema y desarrolló tecnologías que promueven la inclusión y son capaces de captar y entregar soluciones acordes a la diversidad étnica.
Hoy, las grandes empresas y organizaciones pueden aprovechar las oportunidades que ofrece la IA para fortalecer sus operaciones y políticas de Diversidad e Inclusión de varias maneras: Primero, al promover la igualdad de acceso a las oportunidades de trabajo complementando con tecnología la labor del área de Recursos Humanos para la toma de decisiones más equitativas. Segundo, fomentando la creación de entornos de trabajo más diversos e inclusivos y tercero, facilitando la igualdad de acceso y participación en las ofertas laborales de cada compañía aplicando parámetros más amplios. Incluso existen herramientas de IA que pueden revisar automáticamente los textos de los anuncios de empleo, detectar el lenguaje comúnmente asociado a nociones preconcebidas de género, edad y etnia, y sugerir correcciones objetivas para ajustar estos términos, así la oferta puede llegar a una gama más amplia de candidatos.
No olvidemos nunca que la Inteligencia Artificial es creada por seres humanos para entregar soluciones a otras personas. Mientras más diversos e inclusivos sean los equipos de expertos que desarrollan Inteligencia Artificial, más y mejores cosas podemos esperar de las soluciones que se crean. Por eso es tan fundamental la promoción de carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) entre niñas y jóvenes, o la opción de que aquellos con capacidades diferentes se especialicen en estas áreas, porque mientras ‘más pareja sea la cancha’, contaremos con mayor diversidad, mejores perspectivas a la hora de resolver problemas, aumentará la creatividad y el impacto global en la entrega de oportunidades para miles de personas.
Nicolás Vilela,
emprendedor, co-fundador y CEO de ZTZ Tech Group