​La Importancia De Sembrar la Semilla Correcta En EL Corazón de Nuestros Hijos

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Juan David Quijano


Cada vez más, nosotros y nuestras familias somos bombardeados por nuevas ideas respecto del rol y constitución de la familia, del rol del estado, de la política, de la moral, de la justicia, de la igualdad, del derecho a la vida, del valor del esfuerzo individual y colectivo, de la conducción de la nación, de la existencia y la grandeza de Dios y de miles de ideas más.

Pero es precisamente al interior de las familias donde esas ideas deben ser sembradas en el corazón de los niños y jóvenes, principalmente por sus padres, los primeros responsables de instruirlos en la verdad, en el amor, en el respeto, en la perseverancia, en la honestidad, en la bondad, en el trabajo y mucho más.

Como padres no debemos ignorar que, aunque uno no siembre nada en un terreno fértil, no por eso ese terreno va a permanecer limpio y vacío, ya que, con el tiempo crecerá la maleza.

Debido a lo anterior, si queremos que las mentes y corazones de nuestros hijos permanezcan limpios y den frutos que nos enorgullezcan, debemos sembrar en sus corazones ideas correctas e instruirlos a la luz de la palabra de Dios.

La palabra “Instruir”, viene del latín “Instruere” y significa aleccionar, doctrinar, adiestrar.

Se podría decir entonces, que instruir a los hijos, es prepararlos para los desafíos de la vida, por lo que debemos sembrar en sus corazones ideas claras y sólidas referente a Dios, a la libertad, para no confundirla con libertinaje, al trabajo, a la nación, al respeto a la vida, a la justicia, al perdón, a la familia, a la bondad.

Si nosotros no sembramos ideas claras en el corazón de nuestros hijos, alguien más lo hará, las redes sociales, los profesores, artículos periodísticos, partidos políticos, programas de televisión, etc. Recuerden que, aunque no siembren nada, igual crecerá la maleza.

Tal vez por la importancia de sembrar la semilla correcta, es que el Señor Jesús nos relata tres veces la parábola del sembrador en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas y dice: El sembrador salió a sembrar y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y las aves la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía raíz. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos la ahogaron y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno.

La semilla es la palabra de Dios que puede llevar mucho fruto si se recibe en nuestros corazones con humildad y se pone en práctica, esa es la buena tierra, y puede multiplicarse por cien y alcanzar a muchas personas más.

Por lo anterior, pidámosle al Señor que nos enseñe a todos y muy especialmente a las nuevas autoridades de gobierno, al presidente electo y a su recientemente designado gabinete de ministros, a sembrar los valores e ideas correctas en nuestro país, que nos haga hablar con la verdad, perseguir lo malo y exaltar lo bueno, propiciar una sana libertad e inculcar el respeto entre nosotros, a sembrar integridad que nos lleve a humillarnos delante de Dios y reconocer nuestros errores, para alcanzar su perdón y sanar las heridas de nuestra nación y lograr un crecimiento económico en una sana convivencia.


Juan David Quijano

europapress