Mapuches ¿Nación o Estado?

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Javier Fuenzalida

La Asamblea Constituyente en un momento tendrá que debatir y proponer cambios que redefinirán varias características de nuestro país. Entre otras, Chile como un país plurinacional y multirracial, dando así un reconocimiento explícito a los descendientes de etnias originales que han mantenido su cultura, en el sentido amplio.


Según el INE (Pueblos Originario en Chile 2017) son los Mapuches, Aimaras, Rapa Nui, Atacameños, Quechuas, Collas, Diaguitas, Kawashkar, Alacalufes, Yamanes. Suman en total 2.5 millones (12,8 %) de los 19 millones de la población actual, siendo los mapuches 80 %, 2 millones, de los que 315.000 que viven en la IX región y 100.000 en áreas rurales de la Araucanía. De ahí que el debate sobre derechos de los pueblos originarios se concentre en los Mapuches.


Sustentado en acuerdos internacionales de la ONU sobre derechos de los pueblos indígenas, el apoyo jurídico de la OIT (Convenio 169) y de la una mayoría de la sociedad chilena, hay un consenso en dar un reconocimiento constitucional definiendo al país como una comunidad multirracial, plurinacional y el otorgamiento de privilegios especiales en ciertos asuntos políticos. Así, la ley que creó la Asamblea Constituyente reservó un cupo de 17 asientos para los pueblos originales y probablemente habrá presión para reservar asientos en el Congreso Nacional con los mismos argumentos.


El carácter plurinacional se refiere al reconocimiento que Chile le otorga a una nación conformada por personas con un mismo origen étnico que comparten vínculos históricos, culturales, religiosos y generalmente hablan su propia lengua. Tienen conciencia de pertenecer a una comunidad diferente. Algunos de sus líderes exigen, respetando el marco institucional del país, el derecho a autonomía, autogobierno, el traspaso de competencias de gobierno, administración de recursos y jurisdiccional. Demandas que en algunos casos históricamente se rigieron por estatutos especiales como fue el caso de los Tribunales de Indios en el pasado y los beneficios actuales de la Conadi en el presente.


Sostienen que, en la actualidad, las tierras que poseen sus miembros suman del orden del 5 % de las que obtuvieron hasta fines del siglo XIX cuando el gobierno chileno decidió “colonizar” la región, entregando y vendiendo tierras a colonos chilenos y extranjeros.


Un estudio del 2015 de la Fundación de Desarrollo Educación y Tecnológico de la Araucanía señala que dicha región se caracteriza por contar con 1,4 millones de

hectáreas dedicadas a cultivos diferentes de los forestales y bosques nativos. El 70% son de propiedad de comunidades mapuches.


Otro del Centro de Estudios Públicos, El Pueblo Mapuche en el Siglo XXI, detectó que hay un fuerte conflicto con el estado y cerca del 50 % de la población rural desean el reconocimiento constitucional y la restitución de tierras. Sin embargo, las aspiraciones por tener representación política son del orden del 20 % y la autonomía no pasa del 15 %.


No obstante, sectores de opinión de los mapuches más extremistas, pretenden la autonomía territorial como la tienen otros pueblos como as regiones autónomas de España, los que forman el Reino Unido, Federación Rusa y otras.


¿Es posible?

En el caso de las regiones Viii, IX y X no existe una concentración geográfica y demográficamente densa o mayoritaria de mapuches. El mapa adjunto basado en observaciones satelitales muestra que las propiedades mapuches están extremadamente dispersas (los puntos negros del mapa):


Mapa 1



Por otra parte, las aspiraciones de las diversas comunidades es obtener una restitución de tierras contiguas a la propia. El mapa siguiente muestra en color amarillo las tierras mapuches y el color morado el resto de las propiedades no indígenas. Ese color se intensifica o se hace más oscuro en torno a las amarillas, lo que indica que las demandas por tierras se hacen más intensas en las vecindades de las comunidades mapuches.


Mapa 2



Los mapas confirman además que geográficamente no hay un grado tal de concentración de modo que pueda conformar un territorio homogéneo. Puesto de otra forma, la IX Región tiene una población de un millón de habitantes. La población mapuche alcanza a habría que desplazar forzadamente a cerca de 700.000 personas a otras localidades del país con el objeto de restituir el resto de las tierras demandadas.


El caso de la VIII y X región es más extremo aún desde el punto de vista de la concentración de la propiedad mapuche.


La imposibilidad de crear una comunidad territorial no excluye los acuerdos con los pueblos originarios enfocados hacia el desarrollo económico y social.




Javier Fuenzalida A.

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