Odebrecht en Chile

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Hermogenes Perez de Arce

Hermógenes Pérez de Arce




En 1980, con motivo de la visita del Presidente Figueiredo, del Brasil, hubo bastante lobby de los visitantes en favor de la empresa de Norberto Odebrecht.


Al mismo tiempo, sesionó el directorio de Endesa para decidir la adjudicación de la construcción de la central Colbún-Machicura, de 400 MW. Un gerente dijo que debía adjudicarse a la empresa de Norberto Odebrecht porque contaría con el apoyo del Presidente Pinochet. Pero dos Chicago Boys que había en el directorio se opusieron y la decisión se suspendió para una siguiente sesión. Ambos entonces fueron a hablar con el ministro de Hacienda, Sergio de Castro, y éste inmediatamente pidió audiencia al Presidente para exponerle la situación. Pinochet los apoyó, en Endesa hubo licitación y se adjudicó el proyecto un consorcio estadounidense-francés-chileno que terminó la obra en cuatro años. Odebrecht no insistió en operar en Chile. Esto fue recordado en reciente carta a “El Mercurio” por el ingeniero Augusto Bruna.


Un caso parecido de injerencia empresarial en política se produjo después acá en el financiamiento electoral, pero parece que todo se encamina a que el tema no llegue al nivel presidencial, como ha sido el caso en Perú.


Hace algún tiempo un importante diario editorializó insinuando que el financiamiento irregular de la política era tan extendido que parecía conveniente buscar una salida no penal. El fiscal nacional entonces le envió una indignada réplica rechazando tal posibilidad. Pero, en la práctica, ya un fiscal ha anunciado que está en vías de poner término a 58 procedimientos contra políticos. El fiscal más severo ha renunciado al Ministerio Público, alejándose sin mayor estridencia. Hay un solo ex senador perseguido por una fiscal nortina que amenaza condenarlo a más de veinte años, pero él ya ha denunciado la discriminación en su contra, que es evidente.


O sea, está primando la solución sugerida por el importante matutino y no la severidad defendida por el fiscal nacional, de imprevisibles consecuencias. La réplica local de Odebrecht terminará no siendo más que un pequeño temblor.

europapress